Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 31 de julio de 2013
La laguna del amor
La laguna del amor,
entre montes y
cordilleras se asoma
un bosque con florestas
tupidas
y un claro surge como un
espejo,
es la laguna de los
sueños de amor.
Entre el ramaje del
bosque
la luna se retrata noche
a noche en su espejo
donde deja su mensaje de
amor.
La laguna del amor,
medio oculta en la totora
y del desgreñando sauzal
llora,
hay un argentado chal
que de frío tiembla.
¿Será acaso alguna
aurora por la noche sorprendida
o una lágrima perdida en su dolor
se delita con
brillanteos de plata y palideces con vida?
La laguna del amor,
cuando entre voces
ahogadas,
el silencio majestuoso alza un himno
cadencioso de frías notas calladas
bajo lánguidas miradas
en los rayos de la luna
que resbalando una a una
entre el ramaje dormido en voz baja
y al oído conversan de amor con la laguna.
La laguna del amor,
los misterios escondidos
acechan sin oír nada.
Ni una palabra cortada,
tan sólo se oyen gemidos cuando los rayos son
idos.
El arcano más palidece
al contemplar la laguna
y ésta mirando a la luna más llora
y más se estremece si
los enamorados se han ido para no regresar.
La laguna del amor,
tiene amor sin duda,
esa laguna está llena de
sentimiento, de ilusión
y cambia su color al
latir el corazón,
es sublime compañera de la luna.
Es el cielo convertido
en mil ángeles,
luciérnagas traviesas
por doquier,
lugar especial,
se luce sabiéndose tan
pura.
La laguna de amor,
las flores la
embellecen,
el amor las resplandece,
es inspiración
sobrenatural en un momento
y celebran los amantes
con su gozo
porque celeste e intenso
luce el cielo compartiendo la grandeza del amor.
La laguna del amor,
tiene magia sin duda
esta laguna,
está llena de amor, de sentimientos
y cambia con el viento,
es amiga de la luna.
Es el sol convertido en
mil estrellas,
lucecitas traviesas por
doquier escenario que es lujo para ver,
se luce aún más cada
día.
Blanca espuma las olas
al romper
imitando al mar en un
momento ostentando la fuerza,
el elemento para magia,
también todo placer.
La laguna del amor,
como una inmensa alfombra de esmeralda pareces
un mar
que se ensancha del
espeso pasto
que cubre toda la
extensión del suelo
que nos rodea abierto y
ondulado
y allí yacemos los dos
juntos,
amándonos junto a ella,
prodigándonos amores,
besos, caricias,
rayando el silencio del
espacio con gemidos, cantos,
voces con murmullos dulces y tiernos,
aquí en la laguna del amor.
Tormenta de amor
Tormenta de amor, llega
una noche sin astros y entre las sombras la lluvia avanza, rodeada de
misteriosos nubarrones.
De pronto el viento
silba más agudo y todo se llena de visiones misteriosas.
Tú y yo estamos viviendo
una tormenta de amor y yo busco un salvador escudo que me permita acurrucarme
en tus brazos.
Ya los truenos errantes
retumban con salvajes estampidos, en tropel se suceden los relámpagos a cuyo
parpadeo te busco y te abrazo y así me siento protegida, amparada, contemplando
a hurtadillas el elástico jadeo de fiera de las nubes que nos rondan como
buscándonos.
Tormenta de amor, nos
protegemos en nuestro nido cálido, la tormenta arrecia, chocan los truenos
entre sí y estallan y nos amamos con gozo y placer unido por besos húmedos,
profundos y apasionados.
Hay minutos de horror en
que parece que el firmamento cruje, se desquicia y en bloques gigantescos se
desploma pero nosotros en nuestra barrera de amor nos protegemos amándonos
intensamente.
Tormenta de amor, la
tempestad en sus furores crece, es más viva la lumbre del relámpago y es el
tronar más bronco y más nutrido pero no sentimos temores ni dudas, nuestro amor
es más fuerte que la tormenta.
Tormenta de amor que con
su rugir hace que las campanas repiquen por todo el horizonte conmovidas y en
sus voces publican la dicha, el placer, el gozo que inundan nuestros cuerpos y
almas.
Cuando se apaga la
lumbre de un relámpago, se puebla la noche de una sombra tan oscura que se pega
a nuestros ojos la tiniebla y nuestras manos, nuestros brazos, se buscan y se
acarician.
Una onda de fuego arde
en mi espíritu, es el amor que por ti siento.
Mi corazón se agita,
siente la tormenta de amor en sus espacios ocultos llenando los espacios
infinitos de mi alma sedienta de ti.
Tormenta de amor, se
desata la lluvia, bajo el soplo de un viento huracanado que sacude los árboles,
diluvia y sordamente crujen bajo el agua los truenos y los vientos, nos
cobijamos bajo nuestro manto, cálido de amor, temblorosos y apasionados.
De nuevo el rayo entre las
nubes vibra, su fiera luz, los truenos corren de nuevo y en tumulto braman y tú
y yo ocultos en nuestro nido celebramos el amor que reina en nuestros
corazones.
¡Por fin, desde la
altura, de un cielo profundo, las estrellas con compasión y ternura, dejan caer
sus luces sobre el mundo!
Tormenta de amor, ¡qué
felicidad inolvidable vivimos tú y yo, juntos, muy juntos!
El aroma de la noche
El aroma de la noche,
con un perfume de yerba
buena y a pinos,
con olores refinados
que se despertarán en el
campo a la mañana.
A veces rumoroso se
aproxima
y a veces alejándose se apaga.
Con inocente ritmo
todo el paisaje canta.
Es la hora del amor
y al vernos juntos un
espejo azulado,
un arcoíris se enciende.
El olor de la esperanza,
siempre es el más
deseado
pues es la sal de la
vida,
la que yo siempre he
soñado.
Todo el paisaje canta.
La luz en los renuevos
y en las nubes se
enciende.
El aroma de la noche
se nos acerca más
por el vagabundo viento
entre las ramas.
Todo el pastizal
con flores húmedas de
fragancia
nos inundan en nuestro
tibio lecho
ebrios de dicha
y amor encendido.
Me gusta el aroma
apasionante de la noche,
fragancia melancólica de
magia escondida.
Inquieta y penetrante
como nuestro deseo y
pasión.
Tan puro y tan denso…
como un vino de amores.
El aroma de la noche
nos conduce entre
susurros,
murmullos de amor,
perfumes de magnolias,
azucenas, amapolas,
que nos tienden juntos,
en un nido de paz.
El canto de la aurora
se asoma como una
claridad triunfante,
vuelve en la nave de la
noche blanca
y él se hace más denso
cuanto más aclara.
Huye y ajusta el corazón
su rítmico latir a la
cadencia
que inspirada con un
millón de notas nos subyuga
y en un millón de
arpegios
nos levante cuando al
comenzar a brillar
la aurora todo el
paisaje canta.
El aroma de la noche,
misterioso, vibrante,
subyugante,
un naranjal en flor nos
acuna
y tú aprietas mis deseos
bajo las estrellas
rutilantes,
calientas mi piel con tu
pasión al viento.
Fluye el río del tiempo,
nos empapamos en sus
aguas,
se nos encoge la voz,
nuestras miradas se
endulzan.
Se nos agranda el
corazón,
la piernas se
acalambran,
se estremecen nuestros
brazos
y se yerguen nuestras
espaldas.
El aroma de la noche,
límpido, calmo, cálido
y el aire hiende en pos
de la campana,
averigua del río los
cristales,
perfumes, luces, formas
y sonidos azuzan
y apaciguan nuestros
sentidos en un riesgoso
y repetido juego de amor
hasta lo imposible.
Detrás, en la noche,
la espesa niebla del
misterio
y más allá,
ocultos en nuestro
recóndito lugar,
un dios mudo, sordo y
ciego nos contempla.
Cuando el cielo se afina
al conjuro de un sutil
cosquilleo de flautas
y la última estrella
remisa
abandona su puesto de
guardia,
nos perdemos tú y yo
en el abrazo final
de esta noche nuestra
y nos seguiremos amando
siempre.