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martes, 22 de abril de 2014

Alegre desilusión


Alegría de estar juntos.
(En nuestras manos
depositamos nuestro destino,
en nuestras alas
 cobijamos nuestro amor,
estábamos juntos
y palpitaban nuestros corazones,
naciendo poemas
pero no sabemos la causa,
la lejanía nos cercó).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(El amor con desamor candoroso
 llegó a nosotros con un pasajero
con augurios del mensajero
a la estación del olvido,
separándonos aún
sintiendo ambos una pasión encendida).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(Estando juntos, mirándonos,
nos sentíamos en un paraíso
guardado más allá de virginales jardines
pero sin darnos cuenta nos marchamos,
se deshizo el abrazo,
se apartaron los ojos,
dejaron de mirarse
para buscar el mundo
donde nos encontráramos).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(Nos hallamos tras nuestras huellas
de un vivir todo transido
entre alegrías y penas
pero amándonos
 y hoy nos encontramos solitarios,
 viendo la lejanía del pasado
con un adiós que llegó a escondidas
 cual fantasma en noche silenciosa).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(Nos vimos en espejismos,
puros y diáfanos
y nuestros labios se buscaban
 para besarse en noche de encanto,
entre suspiros de noches de plenilunios,
apartándonos de a poco,
sin adioses,
en una trilogía de melancolías
que fatigó nuestros corazones).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(Nos esperamos en el momento exacto,
en nuestro anhelante
querer de estar juntos,
en ese día tan claro
que las presencias de siempre
no bastaban
y nuestros besos se quedaban
 a medio vivir de sus destinos
y nuestros llantos nos separaban).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(Nuestro encuentro
fue un choque de materia
y materia que a fuerza de contacto
se convirtió en victoria gozosa
 de los dos en prodigioso pacto de amor
pero nos dejamos de ver
 sin entender el porqué
y quedamos los dos
con nuestras soledades sin compartir).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(Alzamos los ojos
 y nos miramos
y el amor nos unió,
iba yo hacia ti
y tú venías hacia mí
y la identidad nos unió
entre éxtasis y alegrías intensas
 que nos condujeron a separar
nuestras vidas para siempre
en tristezas profundas y agónicas).

Desilusión compartida.
Los dos sentimos ese dolor
 de adentro
 al separarnos
y ya nuestras manos
 no se aprisionan,
nuestros cuerpos no se sienten,
las sombras nos envuelven
en una tierra seca,
en una noche oscura,
entre incógnitas palabras sin sentido
en un lenguaje que no es el nuestro,
vamos rumbo a lo incognoscible,
en busca de vocablos de amor desconocido.

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