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miércoles, 2 de abril de 2014

La Luz Prestada


La luz prestada, 
esa que yo te di, 
que iluminó tus pasos, 
que te dio brillo 
y resplandor, 
esa que no supiste valorar,
la que alimentó 
tu espíritu 
y calmó tu sed.

La luz prestada, 
que bebiste 
como el sol en la tarde, 
que encendió fuego 
en leña seca, 
esa luz 
que se llevó el viento del crepúsculo 
que entorno a tí da vueltas, 
el sol será mañana 
un plato de lujuria.

La luz que tuviste 
no vino de tí, 
es que vino de los soles, 
de los ríos,
 de la oliva 
y te inundó la oscuridad.

La luz prestada 
se abrió como ventana
 sorprendida 
derramando 
su fulgor de luciérnagas.

¿Ya no sientes
 la falta del destello 
que te llevó hacia mí?
¡Qué dolor 
que no hayas comprendido
 la entrega de mi todo 
que te di!
¿No te das cuenta 
de que te has sumergido 
en mares de tristeza 
y en vano
 buscas un camino 
para salir de tu noche?

Todo en tí 
ya es silencio, 
el eco no te responde, 
las chicharras
 no las escuchan tus oídos 
y en tus sueños 
ya no hay más luz, 
estás en la ausencia 
del no retorno,
 tu ceguera
no te deja ver mi luz.

¡Estás en un cielo monosílabo 
donde nadie siente tus pasos!
Eres un inútil gentil-hombre 
desnudo y blanco 
con venas sin estrenar,
 ya la sangre no corre,
 está seca, 
sin chispas 
que en nada prenden.

Vivirás sin la belleza, 
la alegría, 
la risa, 
el canto, 
el amor.
La luz prestada intangible,
 leve y veloz 
se fue de tu lado 
y no la alcanzarás 
nunca más.
¡Qué lejos estamos 
y qué cerca estuvimos!

Lentamente en mí 
un nuevo amanecer se acerca 
que hace que la tristeza
 se fuera al pasado del ayer,
 oscureciste mis días 
pero ahora
 renace en mi alma
la luz brillante 
que otra vez inunda mi existir.

El tiempo contigo ya no existe, 
saliste de un tiempo 
que no dejó huellas ni señales.
¡Qué milagro 
ya puedo decir
 pasó y partió!

La luz prestada,
 partiste a rumbos confundidos
 los que te llevarán 
a lugares misteriosos, 
secretos, 
sin retorno.

Tu silencio ya no duele,
 mi alma se ilumina
 y los poemas de amor, 
frases erráticas, 
cortan el aire 
como flechas afiebradas,
 buscando ilusiones nuevas.

Ya desperté 
de la sombra 
en que me dejaste,
 atónita y absorta 
en que te fuiste a otro tiempo,
 buscando otros amores, 
otras miradas, 
otros besos.

Despierto 
en un rítmico volar de dulces sueños 
que me llevan al ideal de amar 
y ser amada, 
suspiro con el máximo esplendor 
de que existe el amor anhelado 
que me abre 
con su encanto de quimeras 
a un existir nuevo.

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