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viernes, 23 de mayo de 2014

Desde el fondo de mi alma


Desde el fondo de mi alma 
escribo para ti,
 mi amado amante, 
siento fluir mis versos, 
mis frases, mis estrofas 
al pensar en ti, 
es un canto que perfuma 
y ese perfume canta
 todo el amor de mis sueños. 

Cada estrofa es una nube 
y para flotar en ella 
hay que tener luz de estrellas 
y corazón de querube.

Desde el fondo de mi alma 
tu sensualidad que me llega sin tocarme
 me despierta
 como gotas de rocío al amanecer.
La inspiración más pura, 
fluye para escribir ideas,
 frases, palabras, 
dando vuelo a mi todo.

Algunas estrofas 
que aparecen en esas hojas en blanco 
hacen que mi corazón se asombre, 
las quiero por audaces 
porque sé que en mis anhelos 
hay horizontes 
para los mundos y los cielos.

Desde el fondo de mi alma 
surgen los versos fugaces, 
cubiertos de diseños 
en las puntas de las olas 
alumbrando mis intentos 
entre curvas, más curvas, 
se inician dibujando mis anhelantes ideas. 

Desde el fondo de mi alma,
 los monosílabos van diciendo 
en la arena sin huella,
 más, más, más, más 
y el propósito se dibuja 
en prosas poéticas.

Los deseos 
de hacerte llegar mis versos 
convocan desde las honduras,
 descienden del firmamento,
 luces, sombras, brisas, vientos, cristales 
que son espumas 
surtidoras de amores y de palabras.

Como fugitivas centellas 
rebotando en sus reflejos, 
van cayendo de a poco 
en hojas sin estrenar, 
hojas de la orilla 
que se acercan 
con el seno de las olas, tiernas, 
llegan tibias al papel 
al gran taller del gozo, feliz, 
de hacértelos llegar a ti, 
mi amado amante.

Desde el fondo de mi alma, 
tan blanco como la espuma
trabaja mi pensamiento,
 bosquejando entre haces de luces, 
entre resplandecientes afanes, 
los versos de amor 
que velando están en puro juego 
en un ardoroso buscar 
la plenitud del acierto.

Desde el fondo de mi alma,
 te busco a ti, 
mi inspiración. 
¿Dónde vives, solitaria misteriosa?
Por hallarte mi alma no reposa, 
vuela y vuela bajo el cielo 
y sobre el mar.
Y tan solo como un sueño 
que se esfuma,
 ve un revuelo de tu clámide 
en la espuma, 
ve en los astros 
tu dulcísimo mirar.

Pálidamente y en secreto 
los versos responden y aparecen 
desde lejanías o de frondas
 donde se habían guarecido 
y en las estrofas 
van los sones brotando
 como pasos de visiones 
que conmigo
 los estuvieron buscando.

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