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sábado, 10 de mayo de 2014

Éxtasis abrumador


Éxtasis abrumador de ansias de amor
y gozos de placer.
Cielos despejados y noches estrelladas,
testigos de nuestro mutuo éxtasis
del estar juntos.
Éxtasis de miradas intensas,
plenas de misterios inexpugnables,
arrobamientos intensos
que nos llevan a mundos interiores
profundos y cálidos.

No te expliques tu amor,
ni me lo expliques,
sintámoslo juntos.
Cierra los ojos,
sin preguntas vanas,
húndete en el éxtasis del querer,
llenándolo de sí es,
de gozos, de risas,
de encantamientos nuevos.

Mejor no amarse mirándose en espejos
complacidos deshaciendo
esa gran unidad en juegos vanos,
mejor no amarse con alas por el aire,
como las mariposas
o las nubes flotantes,
amarse sí en mutua fascinación gloriosa.

Éxtasis del amar que está aquí,
en el ahora en el hoy,
en este silencio hondo y total.
Lo divino está ahí para ser conseguido,
para ser vivido con intensidad y embeleso.

Bajo los cielos constelados de luna,
florestas donde danzan las estrellas,
en estas noches como lecho de bodas
la tierra perfumada uncía las almas
de dos seres que en un éxtasis profundo
sus ojos se hundían.

Tiempos de ensoñaciones,
de sabrosos fuegos,
de inocencias tímidas de éxtasis
embrujados de bellezas únicas...
Éxtasis abrumador
que como un relámpago mágico
cruza el tiempo y nos lleva lejos,
bien lejos,
a encontrarnos sobre las diferencias,
ya solos, juntos, bien juntos,

abrazados sin tocarnos,
sin mirarnos en el vértice
puro de la alegría alta,
multiplicando júbilos por júbilos,
risas por risas,
placeres por placeres.

Éxtasis total,
mirarnos sin vernos,
llegando uno al otro sin prisa,
sin apremio,
sólo sintiendo la necesidad
de estar juntos...

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