Quiero
acallar tu voz
en
mi alma
y
no quiero perder
ni
una sílaba de tus frases de amor,
que
aunque sea sólo una fantasía,
lo
siento real.
¡Cómo
suena en mi alma la idea,
que
nunca será verdadera,
de
una noche completa en tus brazos,
diluyéndome
toda en caricias,
mientras
tú me las das,
extasiado!
Quiero
acallar tu voz
en
mí.
Te
has ido para siempre de mi lado
y
sueño en las horas,
tendida
en tus brazos,
sin
más luz que la luz de tus ojos,
sin
más lecho que aquel de tu pecho
¿Qué
sucedió?
¿Por
qué nos separamos?
Yo
sigo amándote
y
siento mi amor floreciendo
en
la mística voz de tu canto,
notas
tristes y hondas
que
unen mi dolor por no tenerte.
Quiero
acallar tu voz,
mi
senda de amor vacía
es
una tragedia del alma.
Hay
un aire muy suave
en cada estrella,
removiéndome
el polvo de los años.
Hasta
mi cara en vuelo,
las
cortinas del mar se treparon
y
mis ojos se unieron a los ojos
de
todas las pupilas del espacio.
Quiero
acallar tu voz
anudando
emociones
y
una larga ilusión se va rodando
y
hace inclinar la sombra de mi mente,
sin
el rayo de luz de tu regazo.
Como
corola al viento
mi
desilusión y mi pena
abrióse
paso al cosmos
quedando
en el pétalo
de
una rosa solitaria y triste.
Despedida
en silencio,
me
solté a la pureza
de un amor sin ropajes,
que
cargaba mi vida
de
lo irreal a lo humano
y
hube verme toda
en
un grito de lágrimas,
en
un recuerdo añorado
de
tus besos suaves y de tus abrazos íntimos.
¡Yo
sentí la Vida amándote!
He
de volver conmigo misma
a
buscar lo perdido,
en
un profundo batir de inquietas fuentes,
en
inmenso río, blanco,
corriendo
hacia el desierto
con
esperanzas nuevas.
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