Silencio ha sido tu manera primera
de entrar en mí,
tu entrada por mi alma
callada,
brisa todopoderosa.
Tan silencioso inicio el de
tu imperio,
que se notaba apenas
por tiernas diferencias con
la nada.
La honda conformidad
con la que aceptamos cifrar
la vida toda
ocurre en un momento mágico.
A una mirada reducir los
ojos,
con los labios servir
a sólo un beso apasionado,
nos ganó esa morada
en la que estamos tú y yo.
Las almas sin amante rezan
por un momento cuando pasan
y cosechan sus sueños de la
noche
con los cendales de lo nunca
visto,
del recuerdo que las busca,
pero nosotros, tú y yo,
amantes en el hoy,
vamos juntos en el viento,
nómades del tiempo,
que transitan por la
expansión del Universo.
Claro imán,
los amores
¡más cuando son fervores!
Brillantes cuando son mutuas
pasiones.
El recibir el uno del otro,
nos incita a agradecer una
vez más
las maravillas del amor
Sentirse llevado en el
magma,
en el infinito dar,
es descubrirse uno al otro,
sin límites,
es creer en lo increíble,
es sentir a Dios que nos
empuja.
Tú y yo tejemos la vida
entre dos,
el fluir… ¡no se reserva!
se sabe con hilos…
infinitos,
así se teje la vida entre
dos.
Contigo, fluidas…
luces de la noche…
¡qué desparpajo chisporrotean
sus…
colores de pestañas!
Tú y yo, entregándonos al
fresco amor
fundiéndose los cuerpos
en lagos de pasión…
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