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martes, 3 de junio de 2014

Plétora de vida


¡Plétora de vida!,
como un río caudaloso y profundo
el amor me inunda.
Sin temores ni miedos
me enfrento a él,
en miradas y silencios
queriendo hacer
de este instante eterno
el detener el tiempo.

¡Plétora de vida!,
en plenitud total,
ya que tú,
mi amor,
eres la luz que ilumina el mundo.

Desde lejos,
bajo la luna,
me siento en tus brazos,
nadie nos ve,
nos envuelve la alegría y el amor
como dos grandes alas
que nos guardan
como en un secreto
misterioso y soñado.

¡Plétora de vida!,
estoy entre tus brazos
y sin tocarme tus manos
son flores visibles de tu alma
y en este amor nuevo vivo
y me estremezco
con una palabra tuya,
una mirada,
un beso lejano.

¡Milagro de amar!
la fe y el amor
son las puertas al misterio,
al más profundo,
al desconocido.

¡Plétora de vida!,
este amor generó
entre los dos
energía pura y brillante,
llevándonos al fondo
de nuestras almas,
donde existen tesoros escondidos
que solamente los descubre
nuestro amor.
Para ser amada,
amo.

Y llego a la puerta de la plenitud.
¡Amad! ¡Reid!
¡La vida es pasión,
es movimiento,
es calor,
es una música continua
que un suave viento lleva
como en un sutil encantamiento!

Las palabras inundan,
sacudiendo las ramas de azaleas,
dándole al aire
el aromado aliento de sus flores
en forma de poemas.

¡Plétora de vida!,
con sueños,
miradas, alegrías,
cielo, felicidad,
besos, amor,
que en cada instante nacen
y dan alma a la vida.

Se abren puertas vírgenes,
todo goces, huellas,
ecos que van tomando
al fin posesión del paraíso
todo nuestro.

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