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martes, 17 de junio de 2014

Quimera


Quimera de ser feliz
en una mera ilusión de mi alma,
desde mi cuarto en penumbras,
con persianas en ascuas
y puertas invisibles,
porque estoy esperando al amor
que vuelve de aquel mundo perdido
donde hubo tantos sueños.

Quimera de felicidad
bebiendo el zumo destilado
de mi sueño,
dejando en una estela de luz
mi desamparo.

Con los ojos cerrados
lo veo flotando a la deriva
iluminándome de lejos
para encontrarme en su memoria
donde quedó grabado
mi nombre y mi voz.

Quimera,
entelequia mágica
que me da fe en el recuerdo
de frondas que pasaron
pero que me lleva a futuros
de innumerables días de amor,
de alucinación y fantasía,
bajando la luna
y volando en sus brazos.

Quimera, ensueño,
sin misterios ni rumbos inciertos,
sí con delirios de pasos
que se juntan en el silencio del aire,
que se llena de ternuras
en un amor puro,
que envuelve con total arrebato
a nuestros cuerpos
donde la luz tímidamente se asoma.

Quimera,
visión sin desolación,
con luz de dorada dulzura,
de luceros altos
que nos llevan con caricias
en las manos,
lentamente a caminos
ya no cerrados con resplandores
sin penas.

Quimera,
mito de este amor
consagrado en un ensueño
pleno de miradas,
de palabras, de deseos,
susurrándonos suspiros entrecortados,
ilusiones de eterna pasión.

Quimera de sentirme amada,
con este amor de verdad
ya que lo imposible siempre llega,
felicidad que nos trae el tiempo
por horas que van y vienen,
por el aire y que espero
con una celeste paciencia
porque sé que el momento
está por llegar.

Quimera,
sin delirios ni brumas del pasado,
sí con sueños en los que me sumerjo
y estoy contigo.
Volveré a tu ternura
y empezaré a decir
lo que nunca hubiera dicho
¡te espero!

¡eres el mito hecho realidad!

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