Ya
no te amo,
te
dejé de amar
hace
tiempo,
pero
no me había dado cuenta
de que realmente era así.
Ya
no te amo,
la
vida es como un sueño;
uno
vive sin saber
a
dónde está el sendero
que
nos conducirá a la verdadera
felicidad
del existir.
Escribo
poemas
que
me dan todo lo que necesito,
esa
calma,
esa
paz,
ese
amor,
que
me brindan además
calidez
humana.
No
siento frialdad ni desasosiego
cuando
estoy en paz,
escribo
para tí,
mi
amado ausente,
al
que ya no amo más.
Escribo
para todos
porque
los poemas son para todos,
al
estar enamorada de la vida.
Ellos
me conducen a otro mundo,
a
ese mundo que no es real,
es
la irrealidad de horizonte sin fin,
de
cielos azules,
de
nubes lejanas
y
esa eternidad,
mis poemas me conducen a la vida plena,
sin
ellos ya no querría vivir más.
Moriré
sin poemas
porque
es lo único que me conduce
a
vivir en paz,
porque
la muerte
me rondará muy cerca,
muy
cerca,
buscándome,
para
llevarme.
Ya
no te amo,
necesito
el amor
de
alguien que me comprenda,
que
sienta mi ternura,
mi
sensibilidad,
mi
cariño,
mi
inocencia,
mi
credulidad.
Todo
lo que soy
para
los demás es aparente,
aparento
que soy una mujer fuerte,
la
guerrera,
me
dicen los poetas del mundo.
Pero
soy una mujer débil,
que
en este mundo
necesita
a alguien verdadero
para
no caer
en
el abismo de la desesperación
y
los que me sostienen
son
mis poemas,
porque a ti ya no te amo.
Quiero
un final con luz,
encontrando
la claridad
sin
buscar a ciegas
el
hallazgo de sentirme
inundada
de goce y placer
entre
monosílabos,
frases,
poemas.
No
quiero preguntas
que
solo ecos respondan,
necesito
la entrega total,
a
la búsqueda del signo
que
la flor ni la piedra
me
quieren entregar.
Llegar
a tensión de ser completa
entre
poemas de amor.
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