Páginas

viernes, 4 de julio de 2014

Me pregunto


Me pregunto
en cada instante dónde estás,
si te has ido,
si no te volveré a ver ni sentirme amada por ti.

En mi mente flamígeras ideas corren,
se cruzan,
se enlazan,
se entreveran,
se mezclan,
en una confusión de falsos errores,
dudas no claras,
buscando la causa del caos
que no me deja pensar en paz ni sosiego.

Me pregunto
si todo el amor que volcaste en mí fue cierto,
si tus caricias,
abrazos,
besos,
lo sentías al dármelo
con todo tu corazón y tu alma abierta.

¿Cómo es posible que lo intensamente vivido
fue tan sólo un sueño?
¿Cuál es la razón de la dualidad del ser
y no ser verdadero el amor que nos unía?
Me pregunto si entre llegadas y ausencias
presencias irreales,
tú el único y verdadero numen de mi vida
me olvidaste por completo.

Mi amor fue frente a tu amor
como el mar frente al cielo
pasarán entre ellos vientos huracanados,
tormentas desgarradoras,
lluvias imprevistas.

Me pregunto,
¿qué hago con este amor tan necio,
tan arraigado a mi corazón?
¿Qué hago con este amor
que necesita de tu existencia para vivir,
de tu pasión para sentir?

Cierro los ojos
y como un milagro te siento a mi lado,
acariciada y besada.
Yo me pregunto por qué te echo de menos,
por qué en mis noches ni brilla ni una estrella,
por qué sin tu sol es triste mi amanecer.

Al no estar tú a mi lado me siento perdida,
no sé qué hacer,
pienso en tu sonrisa, en tu boca,
en tus palabras,
pienso demasiado en ti
y por quererte tanto mi corazón
cabalga desbocado y sin riendas,
me has embrujado.

Soy como una luna triste
esperando el sol en su eclipse
como una canción de amor esperando su bailada,
como esa guitarra arrumbada
deseando que alguien de nuevo la acaricie.

Me pregunto mientras oigo el silbido del viento
y las ramas del viento castaño producen extraños chirridos
al rozarse si tú aparecieras otra vez en mi vida
dibujando sombras ciertas
hacia mi alma triste y adolorida sin ti.

Abriré causes nuevos,
derribaré murallas para que un alud
de mis palabras de amor desciendan hacia ti.

Me pregunto en un torrente de lágrimas
como diluvio sin fin,
si te encontraré por aquella ancha puerta
donde te esperaré siempre.

Y con un dejo de gozo y otro dejo de lástima
por lo que tengo y por quien soy,
mis sueños se presentan sólo ante ti,
absorbiendo mis tormentas,
compartiendo mis pensamientos
que colman mi corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario