Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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jueves, 3 de abril de 2014
Instante de amor
Instante
de amor,
breve, brevísimo pero intenso, apasionado,
haciéndome
vibrar
todas
las cuerdas de mi cuerpo.
¡Qué
olor de azahares y madreselvas
a mi pecho se derrama
al
sentirte en mi alma!
Eres la
luz que ilumina
mi alma
encendida,
me
enseñas la orilla de ese mar que descansa
y al
rayar el alba
puedo
tocar tu silencio, instante supremo,
despierto
el tormento de un amor sin fronteras,
sólo
instantes,
pequeños
espacios de presentes eternos.
Instante
de amor y dulces miradas
con
cálido encuentro a puertas cerradas
con un mar de palabras no pronunciadas
y
caricias aisladas
con un
verbo inspirado
en un
mar liberado.
Al
llegar el ocaso de una línea de mi vida,
recordaré ese instante, único,
reflejándose
siempre
en el espejo
de mis pensamientos
y
besaré en silencio que dio vida
al
placer de sentir en mi alma, tu ser.
Lo que
sentimos
es un
camino sin un principio…
ni un
final.
Fiel a
mis instintos
y al
deseo de vivir una experiencia mágica,
única,
distante, sobrenatural,
te escogí a ti en un breve instante y tú a mí,
con la
única protección de mi secreto… tú secreto,
corriendo
juntos los momentos breves
como los más vibrantes del amor.
Instante
de amor, suspiros entrecortados
como
cantos de aves en enero
al abrirse
las amapolas bajo nieve, invisibles.
Se
escucha el canto del gran hallazgo
que al amor se le oye,
su
soliloquio, claro,
sin
esperar que llegue ese día preciso.
Sólo
cuando el amor despierta,
me roza por instantes
aún en
una noche fría
ya que
el impulso del amor
brota con música de liras
el don
de alegrarse, seguir su ímpetu
y
conquistar su forma por el aire diáfano.
Instante
de amor,
breve pero lento,
pleno
de placer y alegrías,
deja
lágrimas de emociones
llenas
de ti y de mí
en surcos
de pasión aclarando tristezas
y
llenando melancolías.
Lágrimas
por quererte,
secarlas
con sentimientos
que
perdurarán por siempre.
Y de
noche te sueño,
te contemplo a mi lado
y te
miro sin saber que existes,
en
poder pensarte
y te
siento con amor,
aún sin
saber si estarás
junto a
mí algún día.
Instante
de amor,
sueños
que ilusionaron,
sonidos
que se soñaron,
miradas
que pretendieron poseerte.
Suaves
llegaron tus palabras
¡todo ilusión, pretender que existes, que me
amas!
Déjame
amarte aún sin tu saberlo,
amarte
es mi presente, es mi futuro,
sólo
sueño amarte porque amarte es mi ser,
es mi
vida, es mi anhelo,
mi
deseo más profundo.
Instante
de amor,
te hago
llegar en él mis palabras,
mis
sentimientos, ¡siéntelos!
y búscame más allá del final del mundo.
Aguardo
Aguardo,
desfalleciente y agónica,
no deseo sentir que el espacio
donde tú estarías conmigo
vacío se halla en una nada.
Mis sentimientos de amor
alzan vuelo buscándote,
pero tú no estás
y no deseo que mi alma
se abrume de dolor.
Aguardo, debe ser un ahora,
un ya,
exclamando con ardor apasionado
entre sueños
donde tú me buscas y nos amamos
con tal intensidad que el mundo real
tiembla,
se estremece con nuestro calor pleno
de luz.
Aguardo,
me desespero y siento
el murmullo que viene de noche
a llamar a los cristales de mi ventana
y pienso que es el viento
galopante en las soledades que me
abruman.
La espera,
me lleva a un orbe de ingratitud y de
nostalgia
pero gracias a los sueños
es posible encontrarte en tu lejano
estar.
Te imagino pensando en mí.
El amor está muy lejos,
no sé dónde,
entre las nubes, el Sol,
la Luna,
pero lo importante
es que lo sienta dentro de mí,
dentro de ti,
entre los árboles,
en medio de la hierba y de las flores.
La certeza de su presencia me hace
feliz,
por eso esta añoranza por ti
me hace vivir con la esperanza
de estar enlazada en tus brazos,
soñando juntos,
ya que el amor es la fuerza de la
vida.
Aguardo,
para que la desesperación de que no te
acercas
deje que sueñe con el corazón libre
para volar,
los sueños son la ventana de mi alma
que me llevan a la pureza de mi
pensamiento
que vuela hacia ti.
Es un hilo larguísimo
que ha atravesado desiertos,
oasis, grutas,
abismos interminables,
siempre soñando que estamos juntos
tú y yo.
La espera se hace larga,
me estruja el corazón,
sólo pienso y sueño
en nuestro encuentro tan deseado.
Vivo cada instante en una soledad
conmigo misma
y porque los sueños llegan en silencio
y no sé su origen,
vagan como nubes solitarias,
unas veces son claros,
luminosos y llenan el corazón de
felicidad,
mientras que otros son oscuros,
amenazadores y perturbadores
y me hacen pensar que no te encontraré
mi amor.
Aguardo,
debo alimentarme de la esperanza
de que nos uniremos en cuerpo y alma
como los árboles que siempre dan sus
frutos
a pesar de las variaciones de las
estaciones.
Mientras te espero
debo buscar en el mapa de mi alma
donde figuran las bahías de la
sabiduría,
el mar de la abundancia,
el océano de la paz,
los desiertos áridos y valles
y prados plenos de luz,
sé que me hallarás dejándote llevar
por el flujo de las ideas
olvidando dudas y temores.
Te añoro,
vendrás hacía mí con amor.
Dos títeres
Dos títeres,
somos dos seres que sin rostro y sin piel
nos amamos con
total intensidad,
manejados no sé por quién.
¿Quién rige nuestras vidas?
Vaga historia,
formas turbias,
sucesión de
ademanes con cadencias.
Y en nuestros escenarios de vida,
surgen de pronto,
veloces
animaciones,
falsos besos
a través de nuestra aparente piel
y sufrimos condenados sin remedio
a pasiones y a
ilusiones vanas.
Nuestros cuerpos se acercan,
se tocan,
se llaman pero en un instante,
sin darnos cuenta
se paran tan
sólo frente a frente
entre enredos
de hilos multicolores
y volvemos a la
soledad,
toda desnuda sin ver en nuestro interior
la tela blanca de nuestras vestiduras,
inmaculada,
ajenas a las
maldades
que en ella pretenden,
unos extraños,
cometer.
Dos títeres,
que entre hilos
de voz,
que se oyen en la noche,
nos acercan y nos alejan,
¿Quién,
de dónde,
por qué?
y entre luces
inciertas
nos amamos.
Juntos,
muy juntos,
de improviso,
desapareces en un telón oscuro y misterioso,
¿Adónde estás?
¿Por qué te alejas?
Y yo sola quedo desmadejada
y quieta en el suelo polvoriento del teatrillo.
Por mis mejillas
resbalan lágrimas de color
y esos lagrimones tristes,
dejan manchas
en mi vestido
de estopa y
algodón
como pétalos encarnados
de mil colores diferentes.
Y mi voz que sólo tú escuchas,
te dice temblando y con frío
“soy el dolor
que por donde andas,
ando.
No clames más,
tu corazón es
mío.
Títeres,
fantoches,
polichinelas
nos llaman,
brindamos risas
por doquier
pero en nuestro interior con voces prestadas,
chillonas,
agudas, falsas,
sufrimos por amor,
habitamos un
cuerpo que no es nuestro
y no pueden sujetar
con trenzas o lazos nuestros corazones
que están unidos por un eterno tiempo.
¿Quién nos hizo?
¿Por qué?
Vivimos en un
hoy
que no es
nuestro
y con redoblada fuerza
sacudo el silencioso corazón
de quien nos une y desune a la vez
y sólo hay una
puerta
que ni a mis golpes responde,
es inútil cambiar,
es inútil gritar,
sólo nos queda amarnos
en esos
instantes en que por milagro,
estamos juntos,
muy juntos.
El tiempo es un río que huye
y en algún momento en un arcón de madera
nos dejarán
juntos y todo quedará atrás
en las sombras de un remoto ayer
y así podremos amarnos,
reír, vivir nuestro existir,
mirándonos a
través
de nuestros ojos de cristal policromados
y siempre
abiertos.
La eternidad será nuestra casa
que al fin hemos de habitar
y no habrá hilos ni lazos
que nos puedan separar.
Dos títeres que se aman
y que ya no
temen a la muerte ni a la vida,
sólo les queda
soñar y así todo pasa,
sin que la
transparencia del mañana
se enturbie jamás.