Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 8 de abril de 2014
Te recuerdo
Te
recuerdo
(cuando
en las noches estrelladas y brillantes
y la
luz de la luna baña de plata
las aguas tranquilas del agua,
te pienso).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(tu
perfil desdibujado
bajo la
pálida luz de la aurora
viene
en mi búsqueda con ansias locas).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(evoco
los instantes preciosos
pasado
juntos, muy juntos,
en silencios prolongados y profundos,
entre
suspiros de amor
y besos
apasionados).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(eres
el ser que mi nostalgia despierta,
mi esperanza
renovada,
quisiera
cercar tu aroma con mis manos
y la
dulce potencia de tus brazos).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(tus
cantares son con sones armonizados
siguen
persiguiéndome sin descanso
y tus
notas suben
al
igual que ayer en numerosos acordes
y son
para mí tu regalo).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(todo
sonido en eco tuyo
me lo
convierte en alma que te espera,
y tus
pasos se sienten siempre
de
estar viniendo por la ausencia).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(tengo
miedo de no poder encontrarte,
de que
mis besos se pierdan
en otro
cielo
como el
amor que vive de ola en ola).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(perdida
voy en las tardes
por
siempre en tu embeleso
sin
sentir el cercado de tus ramas,
ni ver
tu fuego que en los fuegos arde).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(te
llamo hasta quebrar mi voz
en
cristales translúcidos,
por eso
sangra mi corazón
y me
derramo entre lágrimas y sollozos).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(dame
mi libertad,
no
quiero tu fatiga,
quiero
sentirte como se siente el agua,
hermosa,
libre y límpida
entre
tu libre albedrío y el mío).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(busco
tu imagen en mi cuerpo
con el
frescor de la creación primera
en las
densas ondas de la noche,
con
afán de encontrar la luz primera).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(así te
hallé, sin muros ni rejas,
entre
luceros y luces fugaces,
como manojo de iluminado amor,
el que
te ofrendaba,
al día
que alboreaba
cuando
ganaba la aurora sus matices).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(quiero
fundir mi figura con tu bronce,
andar
entre los peldaños del deseo,
hasta
alcanzar la cumbre de tu nombre).
Te
recuerdo.
Te
añoro.
Llévame
con mi recuerdo,
mis
manos a tu pecho, amor,
que
desnudándome caminos
sobre
el muro que cerca mi silencio,
siente
mis besos en tu frente
para
que de mis labios surja el verso
que
encienda la sangre en tus venas
y me
sientas pegada a tu cuerpo
apareciendo
mi nombre en tu cielo.
Renacer cada día
Renacer cada día,
en un amor de éxtasis en noches encantadas
sintiendo el mágico sentir de la vida
donde el tiempo se escurre entre mis dedos.
Quiero sentir contigo las tormentas
triunfales
incorporándonos hasta los truenos
y columpiándonos en sus hilos dorados.
Renacer cada día, ofreciendo mis más íntimos
madrigales de amor
a ti,
mi amado, llevándote
por los misteriosos laberintos de mis
sentimientos.
Mi tiempo de canto versado ha de seguir,
entre mis prosas he guarnecido de auroras mi
soledad,
levantando mi voz con cuerdas de resonancia
en mis manos.
Renacer cada día, evocando odas
y caminando por líneas de pasión entre
mayúsculas de libertad.
Amo la naturaleza junto a ti,
cuando busca su calor la solitaria gota de
rocío
en el pétalo de una perfumada flor.
Al fondo de los profundos océanos astrales
buscaré en pos de la potente luz
que exigen nuestros espíritus,
abrigando ilusiones en las noches de
euforia,
plasmando los sueños en hojas sueltas,
flotantes, que el viento agita llevándolas a
tus manos.
Renacer cada día
en
poemas que envueltos en su crisálida aspirante al vuelo,
en su gozoso existir nos unen entre frases
de amor
que van brotando florecidas.
Renacer cada día contigo a mi lado,
tú estás en cada espacio de mi esencia.
Si respiro tus sueños despierto en tus
pensamientos.
Soy la que ya no vive si no estás a su lado.
El amor surge en cada amanecer,
esperando renacer cada día, llenando mi alma de amor.
En cada palabra, en cada frase de amor,
expreso lo que siento en mis horas
solitarias
en las que no dejo de pensarte.
Clamo por ti mi amado amante, tú eres la luz
de mi esperanza
y tú mirar me enciende y me arrebata.
Renacer cada día, donde evoco tu presencia
y mi alma ansiosa en melodías te envía como
mensajes,
letras de amor, por todo lo que por ti siento,
brotan entre suspiros nostálgicos
donde se esconden las prosas que tú
inspiraste,
mi numen, el único y verdadero en mi vida.
Renacer cada día, sin rendirnos jamás.
En volandas, en un equilibrio estremecido,
me alzo hacia el azul cielo
en un puro silencio de nuestro existir,
en una gran pausa entre vida y muerte
porque así se crea el escenario de un gran
amor.
¡Qué mágico milagro de nuestro destino
que nos estremece en este vivir gozoso!
Dulces palabras
Dulces
palabras
que
como flechas perfumadas
las
lancé al aire tibio
para
que viajaran
en un
poema de amor
hasta
tu alma.
Dulce
estrella de la pasión,
ojos de
luna,
corazón
suave y tierno
de mi
locura.
Dulces
palabras
que
sobre las costas de tu espíritu
se
fueron amontonando como versos
y tu
voluntad fue cediendo
como
una muralla incontestable
y las
venas de tus sentimientos
se
abrieron como rojas flores de amapolas.
Dulces
palabras que lo dicen todo
y como
magia te llegan a tu alma,
candorosas,
suaves,
tiernas,
ruborosas
de promesas del hoy,
rubor
por haber prometido tan poco,
de ser
tan cortas,
se
escapan hacia su más,
todas
trémulas de alas.
Dulces
palabras
que van
hacia ti
como
beso enamorado,
estremecido
de impaciencia,
pidiendo
que me lleves
a
horizontes y paisajes
para
perderme contigo
y
coronándome de la dicha
con el
gozo de vivir.
Dulces
palabras
que
reflejan sentimientos,
que
expresan diferentes pensamientos
que a
su vez
tocan
el fondo del alma.
Mágicas,
sencillas
pero poderosas,
con
sabor a ambrosía
o
perfumadas a rosas,
palabras
que restablecen
por su
dulzura la calma necesitada.
Dulces
palabras
que
mezclan la inocencia
con
toques de pasión,
de
deseo,
de
calor,
pero de
entre todas las más dulces,
las que
me llegan al alma,
son las
que vuelan presurosas
de tus
labios a mi corazón.
¿Las
oyes?,
nos
están ofreciendo en flor,
en
roca,
en
aire,
todo
nuestro amor
primogénito
del gozo.
Mi
dulce corazón soñante
va en
busca de las dulces palabras
que
corren presurosas
hacia
tu imagen luminosa
y
sonriente como una brisa tibia
y
susurrante para poder rozar,
acariciar,
tu piel
tierna y recoger a escondidas
las
flores de mil colores
que se
abren en tu boca
bermeja
y embrujadora
a
través de tus tibios besos perfumados
y tus
dulces palabras de amor
con que
se labran el gran proyecto
de
nuestras almas.
¿Oyes
los susurros de las dulces palabras
que te
cercan como vergeles en flor?
¿Te
acuerdas del momento
de
aquel sueño de cuando
te las
susurraba a tu lado
ofreciéndote
como dones divinos
nuestro
soñar,
mirándonos
cara a cara,
viéndonos
y oyendo la dicha
que
brotaba hacia el infinito
entre
vuelos y revuelos,
trémulos,
acariciantes,
únicos?.
Dulces
palabras,
no nos
guardemos ninguna,
derrochémoslas
al aire azul
con
alegrías para que traspasen el agua
llenando
los cauces del mundo.