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Instante de amor


Instante de amor,
 breve, brevísimo pero intenso, apasionado,
haciéndome vibrar
todas las cuerdas de mi cuerpo.

¡Qué olor de azahares y madreselvas
 a mi pecho se derrama
al sentirte en mi alma!

Eres la luz que ilumina
mi alma encendida,
me enseñas la orilla de ese mar que descansa
y al rayar el alba
puedo tocar tu silencio, instante supremo,
despierto el tormento de un amor sin fronteras,
sólo instantes,
pequeños espacios de presentes eternos.

Instante de amor y dulces miradas
con cálido encuentro a puertas cerradas
 con un mar de palabras no pronunciadas
y caricias aisladas
con un verbo inspirado
en un mar liberado.

Al llegar el ocaso de una línea de mi vida,
 recordaré ese instante, único,
reflejándose siempre
en el espejo de mis pensamientos
y besaré en silencio que dio vida
al placer de sentir en mi alma, tu ser.

Lo que sentimos
es un camino sin un principio…
ni un final.

Fiel a mis instintos
y al deseo de vivir una experiencia mágica,
única, distante, sobrenatural,
 te escogí a ti en un breve instante y tú a mí,
con la única protección de mi secreto… tú secreto,
corriendo juntos los momentos breves
 como los más vibrantes del amor.

Instante de amor, suspiros entrecortados
como cantos de aves en enero
al abrirse las amapolas bajo nieve, invisibles.

Se escucha el canto del gran hallazgo
 que al amor se le oye,
su soliloquio, claro,
sin esperar que llegue ese día preciso.

Sólo cuando el amor despierta,
 me roza por instantes
aún en una noche fría
ya que el impulso del amor
 brota con música de liras
el don de alegrarse, seguir su ímpetu
y conquistar su forma por el aire diáfano.

Instante de amor,
 breve pero lento,
pleno de placer y alegrías,
deja lágrimas de emociones
llenas de ti y de mí
en surcos de pasión aclarando tristezas
y llenando melancolías.

Lágrimas por quererte,
secarlas con sentimientos
que perdurarán por siempre.
Y de noche te sueño,
 te contemplo a mi lado
y te miro sin saber que existes,
en poder pensarte
y te siento con amor,
aún sin saber si estarás
junto a mí algún día.

Instante de amor,
sueños que ilusionaron,
sonidos que se soñaron,
miradas que pretendieron poseerte.

Suaves llegaron tus palabras
 ¡todo ilusión, pretender que existes, que me amas!

Déjame amarte aún sin tu saberlo,
amarte es mi presente, es mi futuro,
sólo sueño amarte porque amarte es mi ser,
es mi vida, es mi anhelo,
mi deseo más profundo.
Instante de amor,
te hago llegar en él mis palabras,
mis sentimientos, ¡siéntelos!
y búscame más allá del final del mundo.

Plétora de vida


¡Plétora de vida!,
como un río caudaloso y profundo
el amor me inunda.
Sin temores ni miedos
me enfrento a él,
en miradas y silencios
queriendo hacer
de este instante eterno
el detener el tiempo.

¡Plétora de vida!,
en plenitud total,
ya que tú,
mi amor,
eres la luz que ilumina el mundo.

Desde lejos,
bajo la luna,
me siento en tus brazos,
nadie nos ve,
nos envuelve la alegría y el amor
como dos grandes alas
que nos guardan
como en un secreto
misterioso y soñado.

¡Plétora de vida!,
estoy entre tus brazos
y sin tocarme tus manos
son flores visibles de tu alma
y en este amor nuevo vivo
y me estremezco
con una palabra tuya,
una mirada,
un beso lejano.

¡Milagro de amar!
la fe y el amor
son las puertas al misterio,
al más profundo,
al desconocido.

¡Plétora de vida!,
este amor generó
entre los dos
energía pura y brillante,
llevándonos al fondo
de nuestras almas,
donde existen tesoros escondidos
que solamente los descubre
nuestro amor.
Para ser amada,
amo.

Y llego a la puerta de la plenitud.
¡Amad! ¡Reid!
¡La vida es pasión,
es movimiento,
es calor,
es una música continua
que un suave viento lleva
como en un sutil encantamiento!

Las palabras inundan,
sacudiendo las ramas de azaleas,
dándole al aire
el aromado aliento de sus flores
en forma de poemas.

¡Plétora de vida!,
con sueños,
miradas, alegrías,
cielo, felicidad,
besos, amor,
que en cada instante nacen
y dan alma a la vida.

Se abren puertas vírgenes,
todo goces, huellas,
ecos que van tomando
al fin posesión del paraíso
todo nuestro.

Dolor del Alma


¡Oh!
cuanto tiempo silenciosa el alma,
ni un gemido se escucha,
ni una queja.

El tiempo vuela
con alas de golondrina
cuando debería quedarse quieto
y parece inmóvil
cuando debería volar.

Dolor del alma,
cuando al quererlo
la suerte se mezcla
en nuestras vidas.

De la ausencia,
las penas desconocidas
y envueltas en el misterio
que subyugan,
van con rapidez que asombra,
van llevando ilusiones a la sombra.

Dolor del alma,
con un péndulo inmóvil
que ya no cuenta las horas
que se van,
no siente los minutos
cadenciosos a golpes
del corazón que adora,
aspirando la magia
embriagadora de tu amoroso afán.
¡Abandóname dolor del alma!

Llévame a la intensa voz de ternura,
que vibra en el alma de mi amante,
como entre la noche oscura
una campana distante
nos busca para encontrarnos
entre recuerdos perdidos
de angustias y desengaños.

¡Dolor del alma!
crece como una alta llama,
envuelta en gasas y tules blancos
y me lleva por encima de ocaso
a otros mundos buscando la paz,
el sosiego,
¡no más penas desconocidas!
que se mezclan en nuestras vidas.

¡Sí la luz al alma!
¡Sí que aparezcan
en nuestro mundo interior,
luces, músicas y poemas
de amores eternos!

¡Dolor del alma!
¡Vete pronto!
¡Déjame encontrar
el cariño dulce y tierno
que dé a mi alma
calmas hondas y vívidas ternuras,
besos puros y dichas profundas!

Y así poder seguir
escribiendo mis poemas
a los que entrego mi vida,
los vivo como un anhelo
porque soñadora soy.

¡Dolor del alma,
ya no más!,
pondré música a mis palabras
y así la brisa suave y breve
los llevará hasta ti,
amor esperado por siempre.