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sábado, 31 de enero de 2015

Juego de besos


Juego de besos,
entre luces opacas y brillantes,
 rondan entre nosotros,
danzando, buscando la piel
que los espera anhelosa.
Nuestros labios se rozan,
 se tocan, palpitan,
prendidos a veces
 a restos de silencios.

El mundo seducido
por el canto del gran proyecto
 en el alma se nos ofrece,
nos da rosas, brisas, cielos, mares,
 con esperanza de que tú y yo
labremos nuestro gran amor.

Juego de besos, rápidos, leves,
a veces sin ruido,
a veces esquivos, otros profundos,
sumergiéndonos en hondas caricias
en un abismo de placer y gozo.

La dicha nos escoge,
 nos declara capaces
de creaciones alegres y felices,
nuestro proyecto de amor cantante,
 irresistible,
da embriaguez al alma,
no se labrará en los mármoles
ni con pétalos o sueños,
 se hará carne en nuestra carne.

Juego de besos,
nos zumban en nuestro mundo interior
como zumban las colmenas
en la estación de las flores,
 al sol de oro de la siesta.
El silencio azul del goce
nos inunda
y como etéreas alas descendemos
 por diáfanas escalas
a vivir a pleno este lenguaje
 de placer armonioso y sin fin.

Juego de besos,
 son mimos flotantes en el viento
y en la hora de recogimiento
 como brasas se encienden
entre arrumacos y abrazos cálidos
que con lentitud el placer despiertan.

Juego de besos, sorpresas y descubrimientos
de este amor nuevo,
llegan despacio,
sorteando lugares íntimos y secretos
en los que no llegan las palabras,
sólo las caricias,
 llevándonos a la sintonía de lo Divino.

Nutren nuestra sensibilidad
y nos conduce por senderos
 claros y puros
donde festejamos con júbilo
 este querer tan nuestro.
Juego de besos,
 nos entregamos,
nos damos mutuamente
 calidez, empatía, ternura, comprensión.

Cuando clarea, nuestro amor inquieto
se llena de gozos
 y los besos revolotean
 como las hojas amarillentas,
 doradas, del otoño cercano.

¡Vivimos amando!
Como ama cada gota de lluvia
 en la tierra seca
 que aguarda el suspiro,
en la danza incomparable
de un ensueño que sueña despierto.

Juego de besos,
como canto de pájaros,
revolotean sin cesar
al estar juntos, tú y yo,
como toque divino
suspendidos en el aire
como un bálsamo que calma.

¿Oyes al amor que se nos está ofreciendo
en flores, lluvias, aires cálidos y serenos?
Nos entregamos como dos seres unidos,
 viviendo abrazados entre nubes lejanas,
sintiendo en las palmas de nuestras manos,
en los labios,
la cálida huella del beso
 entre nuestros sueños
que nos empujan a la vida
desde dichas cumplidas ayer
 a dichas futuras
que nos llaman entre sueños trémulos,
derrochando alegrías,
agitando como trigales,
grandes campos de esperanza.

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