Me seduces,
tus palabras
subyugantes
llegan a lo
profundo de mí
cuando me
susurras.
Son tus ojos un
mar transparente
porque lo
llenaste con tu dulzura inmensa,
te quiero por
convertirte
en esa princesa
de un cuento de hadas
que todo lo llena
con su magia,
por atrapar tu
corazón
y a la vez
hacerlo libre.
Eres mi
manantial
de donde brotan
todos mis sentimientos,
el amor, la
alegría, la paz,
suavizas toda
mi vida
en la que ya no
existen enredos
porque los
ordenaste,
armonizaste mis
caminos
que me llevan
hacia ti.
Me seduces,
despertando la
tempestad de la pasión,
me invitas a
tus brazos
y yo voy como
tras un sueño
que me induce a
volar
en alas
translúcidas
a tu lecho de
amor.
Me seduces
y todo cuanto
en la vida
gozo te
pertenece,
eres flecha
quemante
que te hundes
como pez con alas
y arrancas el
misterio
que en mi
corazón se anida,
en las sedas
del alga,
de las ondas
azuladas.
Me seduces,
eres aroma que
ilumina mis mañanas,
perfumas mi
ilusión,
eres melodía
que acaricia mis sentidos
y fascinas con
tus palabras toda mi alma.
Colmas el
cosmos de irresistibles sonidos,
inminente
consecuencia de tu voz
y surge una
infinita gama
de seducciones
tornasoladas,
inminente
consecuencia de tu fulgor.
Me seduces,
con sonidos que
acaricias,
instintos que
convocan,
arrebatos de
emoción,
aromas que
iluminan,
fulgores que
cautivan,
laberintos de
ilusión
y voy tras de
ti
como
consecuencia
del prodigio de
tu amor.
Te escucho
desde lejos
y te deseo de
cerca,
te busco en el
rocío
y te anhelo en
tu sonido.
Eres mi Ser
generador
y conservador
del halo de mi vida.
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