Dame un corazón nuevo
que sea mi refugio incesante
entre los vaivenes de la vida
y mi cobijo y mi amparo
para continuar amando.
Dame un corazón nuevo,
para que mis ansias intensas y
apasionadas
queden dormidas
para expresarse en el momento
que esté contigo.
Tú y yo somos peregrinos de otras
dimensiones
que recalan como lluvia,
como rocío,
sobre lo destruido,
sobre lo repetido,
promoviendo lo regenerado
con nuestros corazones latiendo
al unísono,
unidos por un compás vibrante y
acorde.
Dame un corazón nuevo,
lleno de miel y sin heridas,
ni pensamientos grises y
doloridos,
de lo que quise y ya no quiero
pero que guarde mis antiguas
inocencias
y mis románticos secretos.
Dame un corazón nuevo
que sienta los trinos
que da a la aurora el ruiseñor
desde los altos pinos lejanos
y así ir hacia ti sin temores
y sin manantiales de lágrimas en
mi alma,
sólo con esperanzas de amor
en mis horas largas.
Dame un corazón nuevo
para pensar en ti a cada
instante,
provocándome en pensarte y
esperarte
ya que eres el amor que sucumbe
en el espacio más ínfimo de mi
ser.
¡Ay amor!
¿Qué le haces a mi corazón?
¿Qué le haces a mi mente
prisionera de tu dulzura?
Dame un corazón nuevo
para crear mis mejores metáforas,
mis más sentidos versos,
sólo sintiendo el sonido
tierno y suave de tu voz
y buscar entre los dos
la felicidad de fuego puro,
abrazándonos sin movernos.
Dame un corazón nuevo
para cuando mañana al despertar,
la vida sea virgen,
plena de luz,
de silencios temblorosos
y haremos que por vez primera
el mundo tiemble en nuestro día,
igual que en las arenas de las
playas
perviven vestigios
de un gran barco naufragado.
Dame un corazón nuevo
para que nuestros sueños de amor
sean eternamente duraderos.
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