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domingo, 22 de marzo de 2015

Tengo un sueño


Tengo un sueño,
la felicidad inminente está llegando
como el regalo esperado
y mi cuerpo tiembla
y mi alma clama
sin dolor de espera.

El amor viene desde lejos,
hollando cielos, nubes,
estrellas que alas leves
transportan desde el horizonte remoto
acercándose de prisa,
pero tardando todavía
porque procede del más allá.

Tengo un sueño:
de que el amor me ha elegido,
me ha dicho:
¡soy yo! ¡voy!
y suya me siento
antes de su llegada,
franquea las puertas de mi alma
que hasta ahora cerradas,
herméticas y vírgenes
estaban sin esperar lo más ansiado.

Soñadora soy o
¿es que es sólo un sueño? no,
porque en extraños paisajes
peregrinos y perspectivas
nunca imaginadas
lo vi venir hacia mí
por senderos lejanos y ciertos.

Sueño ahora
forjar un poema nuevo, audaz,
con palabras escogidas con precisión,
ritmos mágicos,
sonoros.

Rimas ricas
en campanilleos de plata
que repercutan en ecos lejanos
y lleguen allí donde está el amor
buscándome desde sures y nortes.

Tengo un sueño,
que me consume
de felicidad esperada
y en mi mente,
sílabas dulces
como el sabor de un beso,
surgen de continuo
con extrañas músicas
de laúdes y violines,
dando una luz vaga
a las hondas lejanías
donde el amor viene
y despacio me encuentra
en un espacio envuelto en palabras.

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