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sábado, 11 de abril de 2015

Dolor del Alma


¡Oh!
cuanto tiempo silenciosa el alma,
ni un gemido se escucha,
ni una queja.

El tiempo vuela
con alas de golondrina
cuando debería quedarse quieto
y parece inmóvil
cuando debería volar.

Dolor del alma,
cuando al quererlo
la suerte se mezcla
en nuestras vidas.

De la ausencia,
las penas desconocidas
y envueltas en el misterio
que subyugan,
van con rapidez que asombra,
van llevando ilusiones a la sombra.

Dolor del alma,
con un péndulo inmóvil
que ya no cuenta las horas
que se van,
no siente los minutos
cadenciosos a golpes
del corazón que adora,
aspirando la magia
embriagadora de tu amoroso afán.
¡Abandóname dolor del alma!

Llévame a la intensa voz de ternura,
que vibra en el alma de mi amante,
como entre la noche oscura
una campana distante
nos busca para encontrarnos
entre recuerdos perdidos
de angustias y desengaños.

¡Dolor del alma!
crece como una alta llama,
envuelta en gasas y tules blancos
y me lleva por encima de ocaso
a otros mundos buscando la paz,
el sosiego,
¡no más penas desconocidas!
que se mezclan en nuestras vidas.

¡Sí la luz al alma!
¡Sí que aparezcan
en nuestro mundo interior,
luces, músicas y poemas
de amores eternos!

¡Dolor del alma!
¡Vete pronto!
¡Déjame encontrar
el cariño dulce y tierno
que dé a mi alma
calmas hondas y vívidas ternuras,
besos puros y dichas profundas!

Y así poder seguir
escribiendo mis poemas
a los que entrego mi vida,
los vivo como un anhelo
porque soñadora soy.

¡Dolor del alma,
ya no más!,
pondré música a mis palabras
y así la brisa suave y breve
los llevará hasta ti,
amor esperado por siempre.

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