Hoy la palabra
iba suelta,
leve, suspirada
en el aire,
tan sin alma y
sin cuerpo,
sólo con color
y besos
que pasó a mi
lado en el mañana.
¡Hoy!,
palabra
vibrante,
tensa, de alma,
cuerda de arco
que se vive y aguda y veloz,
cruza los
minutos,
segundos, de
vida
y como flecha
segura rasga el tiempo
en mil sutiles
tules de aromas,
tristes y
desolados.
¡Ay!
¡Cuántos deseos
guardados
en este Hoy
preciso y único!
Hoy,
sola palabra
que trasunta
lo que se está
viviendo,
locuras,
imposibles,
lo callado y lo
tantas veces dicho.
Seguros estamos
por un día,
hoy nada más
que hoy,
de los no
apariencias,
no retrasos,
sí la inocencia
que está madurando
al compás de
este ansia del hoy.
Vivo de la luz
y por la luz
y en ella el
HOY me tiende su mano
y el vivir es
total y único,
sin prisas, ni
ansiedades.
Hoy,
entre mi
vigilia y el sueño,
escribí líneas
sin saber que lo había hecho,
es que mi HOY
está hecho de milagros,
de fantasías,
mis ojos brillan
y
buscan el disfrute pleno del instante,
del HOY.
Vivo el
presente,
éste, el
irrepetible,
el que me acuna
y me mece
entre
estallidos de risas y canciones,
con músicas que
me llevan al otro mundo,
el revés de
este HOY.
Siento que mi
alma se fue a galopar en el viento,
corriendo por
llanuras,
inmensamente
libre en este HOY
donde no hay
muros,
ni cadenas, ni
cercas,
no hay nada más
que vivir este presente.
Vivir este HOY
con afán,
hasta el último
instante.
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