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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Ausencia


Ausencia

La tarde se ahoga en el fuego dilatado,
como se ahogan mis ansias en,
sobre la nada que me da tu ausencia.
Llega tu voz de durazno y miel florida,
para asfixiar suspiros y apagar lejanías.
No es tu voz, ni el espejo de tu voz es un canto de pájaros,
picoteando aleros,  jugueteando indiferencias.
 Ausencia, ya no siento tu presencia, no vislumbro tu figura,
tus dulces manos, tu mirada profunda,
otra vez mis ojos en el fuego de la tarde, buscándote.
Y todo se olvida … hasta tu ausencia …
¡Qué sensación tan profunda arrancas de mis entrañas con tu ausencia!
¡Qué grito de amor desgarras de mis poros y mi sangre!
Ya que en este Hoy es sólo ausencia.


“El reloj cae
 y las horas se rompen,
lapida y cruz”

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