Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 4 de febrero de 2015
Mi verso es un gemido
Mi
verso de amor es un gemido, callado,
que
jamás se queja
y en
las madrugadas, entre tinieblas y fríos
llega
hasta el papel
donde
se vierte la ilusión
de una
estrofa perfumada.
Es para
ti, mi númen,
mi
amado por siempre,
te
escribo con todo el amor
de mi
alma taciturna
que
como música olvidada
tiene
azul resignación
y lo da
todo sin pedir nada.
Mi
verso es un gemido,
dulce,
umbrío,
levanta
mis quebrantos,
sin
arrebatos y sin ruidos.
Espera
que tú duermas
para
decírtelo con ternura
al son
de mis suspiros cadenciosos.
Es el
verso que se agita
y
rápido se despierta
como
eco de un estampido
de una
flecha musical
que
arrebolada se estrella
en tu
corazón amado.
Mi
verso es un gemido,
moja
sus alas en la transparente
esfera
de la gota de rocío
en la
que, absorto,
contempla
la imagen del cielo
unida a
la forma de la Tierra.
Cada
estrofa gime y canta
y
suelta su perfume
como la
flor recién nacida
en los
atardeceres,
bajo el
canto de tus besos
y en la
danza de tus brazos.
Mi
verso es un gemido,
blanco
y puro
que
alimenta mi espíritu y mi sed
se
nutre de tu presencia
aún a
pesar de la distancia
que a
veces nos aleja.
Mis
áureas palabras,
mis
letras impredecibles,
mis
estrofas que nacen del alma
van
hacia las nubes
para
flotar en ellas,
iluminadas
por luces de estrellas.
¡Versos!
¡Poesías!
Con
ímpetu alado al ideal ascended
y en
las estrofas verted
todo el
amor escondido
en mi
espíritu, mente y cuerpo, para tí, amado.
Yo
mantendré con aguas descendidas
por las
fieles veredas de mi pecho
el medido
esplendor de tu alabastro
para
que una hiedra de amor
caiga
sobre mi pecho.
Mi
verso es un gemido,
un no
tocar el río,
apenas
aire,
el
blando discurrir de tu mirada.
¡Qué
dicha sin sonrojo
la que
corre por mis venas,
entre
las lágrimas
que
buscan mi pecho!
Amor
callado,
en un
silencio silente
escribo
para ti,
con un
clamor de queja y lamento
por no
tenerte a mi lado.
Mi
verso es un gemido,
escribo
y sollozo a solas,
entre
suspiros y plañideras clamo
¡Ven a
mí! ¡Te espero!
Quiero
versos sin lamentos,
todos
para ti,
para
entrar más adentro en la espesura,
desgarrando
mis naves de amor
sobre
la playa y así,
te daré
el sellado de mi gracia
y tú,
la cifra de tu nombre.
Mi
verso es un gemido,
ahora
más calmo, sosegado,
no hay
más tristezas en nuestro aire
el que
nos sigue,
mientras
canto
y mi
mano fuerza el hombro de la noche
para
que vuelvan
tus
labios a los míos.
Soplo de vida
Soplo
de vida,
está
entre una línea de fuego y misterio,
línea
subrepticia,
está también entre dos notas musicales
como
una nota entre dos hechos,
es un
hecho entre dos granos de arena,
juntos en donde hay
una
serie de espacios.
No es
tan sólo un sentimiento
que se
siente entre los intersticios
de la materia primordial,
es el
aliento del mundo,
es el Amor
que
como respiración continuada
llama
al silencio.
Soplo
de vida,
que me lleve a soñar lo que deseo,
porque
sólo tenemos una vida
y sólo
tenemos una oportunidad
de hacer lo que queremos
con
plena felicidad.
No es
de extrañar
que
busque el camino hacia ti,
con una letra mayúscula,
aferrándome
ferozmente
para
buscar el acceso directo
con
refrescantes sombras
y la
luz reflejada
entre los árboles
donde finalmente te he de encontrar
en mi
puerto de llegada.
Soplo
de vida, fugaz, leve, vibrante,
hasta
calar hondo entre sollozos
por
pensar en su final
pero sin angustias y gritos,
sólo pensar en el pecho vacío.
Un momento
de amor y dicha
es
suficiente para toda una vida
porque nacen y mueren en un instante.
Soplo
de vida,
mi amor por ti
me hace
sentir viva.
¿Será
sólo por un momento?
¡No!,
quiero la vida entera,
que
este sentimiento dure,
que sea
una pasión verdadera
entre
placer y gozo
que nos
una por siempre.
Soplo
de vida,
es el toque que mueve mi corazón,
el latido de la emoción, los sentimientos…
Nunca,
tú y yo, tan cerca,
vamos a dejar de ser luz de luna,
la
pasión y el placer de estar juntos.
Soplo
de vida, largo, que acaricia,
que excita, que agita
con
suaves movimientos
el
aliento que cuelga el sonido
que se pierde en la sed pura,
en el dolor y las caricias
que nos conmueven.
Soplo
de vida,
que
habrá soñado anoche esta cabeza mía
que al
despertarme con la luz del día,
sentí a mi corazón tan pleno
y al
apoyar mis manos sobre mi pecho supe,
que era por ti que así latía.
Soplo
de vida,
con
estrías de luz
haces maravillosos bosquejos,
deslumbradores,
que
rutilan por el agua
como inventos con resplandeciente afán,
alegrísimo
esfuerzo,
puro
juego,
en
ardoroso buscar la plenitud toda,
de éste
nuestro nuevo amor.
Soplo
de vida,
que me hace verter en páginas nuevas
y en
blanco mis metáforas consistentes
en
buscar todo mi amor
y endulzar
tu camino
esperando
tus gestos únicos
de
dulzuras y pasiones,
transformando todo el paisaje,
tocando
mi corazón, como luz.
Unidad
del alma, se multiplican los destellos,
lo que fue calma en fervor
de
innúmeros espejeos
que
entre la paz del agua,
anuncian el encendimiento de una palabra,
otra y
otra
hasta llegar al verso.
La mitad de mi alma
Yo,
que morí mil veces
y soy capaz de
sentirme todo espíritu
y que conocí la
ausencia de la materia,
yo vuelvo hoy en otro
ser,
te canto a ti alma
gemela
que eres la mitad de
mi misma alma.
Tal vez
nos encontremos en el
espacio
y en el tiempo de una
dimensión de vida
en la que
compartiremos
expresiones de amor
intenso
y profundo.
La mitad de mi alma
la que tiene en
secreto
la lumbre que me
ilumina
y me lleva a las blancuras
de los astros
y me da los carismas
divinos
de la luz y del canto.
La mitad de mi alma,
la que apareces
en las luces de mis
sueños
entre los surcos sagrados
que en mi pecho
anidan,
entre mis nostalgias
y recuerdos vividos.
La mitad de mi alma,
eres mi cielo,
mi cielo nativo,
eres mi infancia,
mi juventud toda,
eres mi otoño
y en mi boca cantas
y por ti mis letras,
mis palabras fluyen
en poemas de amor
que van hacia ti.
La mitad de mi alma,
tienes olor de
azahares de novia,
de mi pecho derramas
espejos del recuerdo
de cielos
de campanillas y manantiales
de dicha que suave
manan por aquí,
más allá, más lejos,
hacia ti.
La mitad de mi alma,
¡qué alegría que
existas
tú tan cerca olas,
mío!
y todo brilla a nuestro
alrededor,
olas, reflejos,
ondas,
seres de luz sobre el
agua quieta,
para que tú y yo
gocemos el momento
de ser almas de
gemelas
haciéndose la luz
despacio de las noches
tras las auroras.
La mitad de mi alma,
es ahora,
mi alma entera
como un pliego dorado
que llega al texto
mágico
donde se encuentran
las ideas,
los sentimientos,
las inspiraciones
como revelación del
fulgor nuevo
de ser uno y no
mitad.
¡Triunfo!
¡revelación!
en impolutas páginas
tú y yo estamos
juntos
y el pensamiento nacido
de la nada
es elevado al todo
traduciendo
incógnitas lejanías
a gozos inmediatos…