Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 16 de febrero de 2015
Ancla
Soy como el ancla,
inamovible,
fondeada en el tesoro del
amor postrimero,
que hizo llamear su luz,
la cegadora luz que me
rodea.
Soy el ancla,
sin fondo de arena,
que dibuja frases, rimas,
letras,
como trazando huellas en el
mar.
Tú, mi amante,
tienes las llaves y el timón
de mi vida,
el ancla de todo mi destino.
Tú, mi luz,
eres tripulación total de
mis espigas,
tesoro de mi vida que por ti
es un ancla inamovible,
entre puertas de llegar y de
partir.
Y me hallaste con tus manos,
buscándome a tientas,
con tus palabras llamándome,
con tu boca que el vacío
besaba
y en un prodigioso pacto,
ésta,
tu ancla se convirtió en tu
refugio,
victoria gozosa de los dos.
Yo estaba detenida, inmóvil,
aferrada al borde de la vida
en el grave concierto del
otoño,
escuchando cómo los violines
agitaban las olas en el mar
y tú llegaste
y me llevaste contigo a tu
mundo,
disipando para siempre
las neblinas que me
envolvían
como en un áncora de bronce
y cristal.
Ancla inamovible fui,
ya que ahora
en el rojo silencio de mis ríos
interiores,
duerme la esencia de tu ser.
El amor retenido,
cercado de tinieblas,
al infinito se alarga porque
tú,
mi amado, lo hiciste surgir,
como una luz que se
encuentra con otra luz,
quedando iluminado
el mundo como por un milagro
que no puede ser recuerdo
porque el recuerdo
es la pena de sí mismo.
Sólo vale vivir queriéndose,
buscándose en este tiempo,
en toda una eternidad.
El tiempo vuela
El
tiempo vuela
con
alas de golondrina
cuando
debería permanecer quieto
para
estar acurrucada a tu lado
y
parece inmóvil
cuando
debería volar
al no
estar juntos.
Soy
soñadora de infinitos
porque
hondas vibraciones me llegan,
penetran
en mí y hacen surgir esperanzas,
deseos,
anhelos,
de que
es verdad,
de que
el amor me busca
y vuela
hacia mí
desde
valles de calma,
para
darme paz y ternura
el
resto de esta vida
y no
breves dichas transitorias,
ni
horas de dulces
amarguras
o dolores
y
temblores de miedo.
Déjame
escribir los versos
de los
vuelos incorpóreos
en
lluvias de ideas
espontáneas
y necesitadas.
El
tiempo vuela,
pudiendo
percibir la plenitud
de lo
verdadero y profundo,
permitiendo
a la flor
de la
esperanza
surgir
del firmamento.
Tú,
que desde la lejanía
me haces estremecer de placer
con sólo saber que existes
en este exacto momento
y que piensas en mí.
El
tiempo vuela,
y mi
alma tiembla al sentirlo venir.
Silencio
de dos,
sólo
silencio de amor
idealizado
por ansias de amar
y ser
amada.
Desnúdame
Desnúdame mi amor el alma
toda,
hurgando en mi interior.
Rasga las vestiduras
de redes y dolores que me
envuelven
y forman parte de mi ser.
Navega en el mar de mi
sentir.
Desnúdame y descubrirás
nuevos horizontes dentro de
mí,
compartiendo contigo
mis fracasos y mis triunfos.
Desnúdame,
desnuda mi alma
más allá de besos,
caricias y palabras.
Estoy fiel y sumisa a tu
amor
en la alborada,
a que desnudes mi alma
y encuentres todos mis
sentimientos,
mis anhelos,
mis suspiros en la nueva
aurora boreal
del nuevo día.
Desnúdame
con los ojos del alma del
amor
navegando en el río y en el
mar de la vida,
en el agua del manantial,
en las fuentes y arroyos
cantarines
donde se refleja toda la luz
de nuestra esencia pura de
amor.
Llévame contigo a gozar de la
vida
para crear poemas nuevos,
audaces, con ritmos,
en un conjunto mágico
de letras y palabras.
Desnúdame,
acércate a mi alma,
juntándome en las sombras
con danzares sonoros y
graves
cual canto y trinos de aves.
Desnúdame y bajo riendas
frágiles,
cruza mi alma como un corcel
indómito,
abriéndose paso
entre los sentimientos
profundos y plenos
fascinando mi espíritu
con tu algarabía de
estrofas,
tiernas y sutiles.
Desnúdame
y hazme llegar tus estrofas
mágicas,
bordadas en frases de amor
con extrañas músicas
de acordes lejanos
al compás de la orquesta
que la vida nos ofrece.
Desnúdame entre tus versos,
tú el poeta,
ocultándome en un velo de
palabras
con sentimientos verdaderos
y místicos.
Desnúdame en dulces sueños
y en noches jamás olvidadas
y seremos por siempre
soñadores de infinito
entre sombras vagarosas
en espejos inciertos.