Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 17 de febrero de 2015
Luz inesperada
Luz
inesperada,
las voces del mundo
han levantado sus soles
en el
interminable laberinto de la tierra
y nadie ha podido aún
encontrar
la esencialidad del existir
porque
habita
en el
invisible corazón de la eternidad.
Más
allá de las palabras,
de los
sentidos y las ideas,
en el
territorio oculto de tiempos escurridizos,
en los
mares infinitos,
se
acuna la fuerza de las esperanzas
agitando
su melodía de fuegos,
en las
manos del arco iris.
Luz
inesperada,
corre
libre donde habitan las sombras
y en estos instantes
el amor
sueña en su soledad
y las
cruces desnudas
diluyen
su lenguaje de espumas
recibiendo
la sencilla vibración
de los
corazones puros.
El amor
con su luz inesperada,
cae en cataratas silentes, día a día
por las
curvas sencillas del viento,
desplazando
su caudal de perfumes en el tiempo,
sin más
banderas
que el
acento claro de la paz.
El amor
es el secreto de los siglos en receso
y abraza en silencio
nuestros mundos profundos y luminosos.
Luz
inesperada,
que
ilumina la transparencia de nuestros sueños
y hace
serpentear nuestro camino de sombras
traspasando
con la profundidad
insondable
del océano
como la
claridad del Sol en las montañas,
con la
fuerza suprema
de
vientos huracanados.
Luz
inesperada,
eres
como una blanca llama
en mi
alma despierta que te espera
siempre con la alegría de cielos infinitos,
porque
sólo por Amor
peregrinamos
juntos
hacia
la dicha divina e inmortal.
Luz
inesperada,
que
derrama alegrías, dichas,
entra
dulcemente por almas dormidas,
sacúdelas
suavemente por las alas,
agita
como trigales grandes campos de esperanzas,
haz que
el amor como el nuestro
ni este
día, ni esta noche, se acaben nunca.
Luz
inesperada,
da ilusión a las bandadas del porvenir
en las
manos de arrebatos y de calmas.
Milagro
de la luz, la sombra nace
pero
choca en silencio contra las montañas,
se
desploma sin peso
sobre
el suelo desvelando
a las
tiernas hierbas delicadas, llegó el alba…
Luz
inesperada, única,
con
música celestial
en una
breve brisa armoniosa
entre
arpas ancladas,
violonchelos
dormidos, oboes apagados.
El
paisaje se ilumina,
el Amor inunda el todo
hasta el horizonte lejano creciente
en un
espacio sin frontera,
ese
amor ya sin ti,
me
amará siempre.
Luz
inesperada,
eres la
emoción de la sorpresa,
iluminaste nuestro mundo tan dorado
que ni
el sol se encendió en ese instante,
diste a
nuestro amor
el
despertar del gran besar nocturno.
¡Ya la
luz! ¡Luz inesperada!
Dejamos
atrás lo sufrido
y sólo
se nos revela transparentemente
lo gozado en un trémulo presentarse jubiloso.
Cálidos crepúsculos
Cálidos
crepúsculos,
junto a
tu lado, frente al mar,
el
horizonte cuajado de mil colores polifacéticos
nos
envuelve en su magia de espejismo,
de
visiones
que nos
transportan a nuestro mundo de dos,
hundiéndonos
lentamente
en la inmensidad
del cielo.
Cálidos
crepúsculos,
admirable
naturaleza,
siempre
la misma y diferente,
maravillosa de belleza,
renovada
constantemente
que nos
sumerge en oleadas de pasión
frente al sol
anunciando
su poniente
bajo la
celeste amplitud.
Estos
momentos imborrables
son
fuente de inspiración de poemas de amor
y
manantial de ritmos y cantos
para
que los versos como tesoros escondidos
surjan
en estas tardes de escarlata.
Cálidos
crepúsculos,
denme a
beber la poesía
en el
raudal de meditaciones sin fin
como salmos que desbordan cielos y tierras.
El
himno al amor todo lo ennoblece,
todo se agranda a sus clamores,
el
firmamento resplandece,
la
tierra se cuaja de flores.
Cálidos
crepúsculos,
hay en
su grandeza,
ternura
que fulgura,
armonía
que se potencia
en
segundos apenas
y los
versos vuelan con las aves,
con los
rumores de los ríos.
Es la
hora del amor,
retornan
a los nidos, las leves golondrinas,
sus
alas son dos mimos flotantes en el viento,
los
bosques se adormecen
y velan
las colinas,
es el
momento del recogimiento
y del
silencio profundo
surcado
por suspiros apasionados.
Poco a
poco,
puéblense de sombras el ambiente
y
levántanse del fondo de nuestras almas
los
sagrados sones de nuestro amor
descendiendo
por diáfanas escalas
a nuestros cuerpos temblorosos de pasión.
Cálidos
crepúsculos,
como
música con ritmos sin fin,
son
instantes que la ilusión guía,
la
tarde apaga sus colores
y los
astros encienden sus lumbreras,
nuestros
corazones palpitan
y
vibran al unísono
en un
total arrobamiento de confidencias
y
secretos íntimos.
Parece
que flotamos
en una
suave cadencia
entre
el cielo y el mar,
nuestros
pies no son pies,
son
alas de aves,
bajo el
fanal errante de la luna
que
despacio asciende
con su áurea
luz, espectral y hermosa,
dilatando
el paisaje que nos protege,
nos
cobija como un temblor de encaje.
Luna
que comienza
a alumbrar nuestro camino,
vago y
blanquecino
hacia
nuestro nido cálido
y
embriagador de dichas supremas.
Cálidos
crepúsculos,
luces que el cielo envía
como
poesía ardiente
en el
atardecer nostálgico,
conduciéndonos
entre bellezas de luces
al
encuentro de nuestros cuerpos
que se
buscan con ardor
y
entrelazan entre hilos de ternura,
contemplando
absortos
la imagen del cielo
unida a
la forma de la Tierra.
Entre Flores Y Aromas
Entre flores y aromas
he abierto las
ventanas de mi alma
para que tú navegues
entre mis flores.
Hoy mi vida huele a
manzanas
y a frescura de
naranjas
recién cortadas,
creo que desde
siempre te amé
más que a cualquier
cosa que yo amaba.
¿Es tu amor?
¿Es tu piel?
¿Es tu nombre?
Eres tú amor,
el que todo el tiempo
me acompañas.
El aroma de flores
vive en mi corazón,
con suavidad,
fortaleza,
florece dejando un
sabor dulce
abriéndolo con delicados pétalos.
Los suspiros por ti,
llevan aire de aroma.
Aroma de flores
esparcidas de mil colores,
colores de diferentes
rosas, alelíes,
tulipanes, girasoles,
que hacen de tu
rostro un idioma,
idioma que de mis
letras
las escribo para ti
como los mejores tulipanes
tempraneros y en flor.
Entre flores y aromas
te amo,
entre esplendores que iluminan
las noches románticas de pasión.
Hoy escribo letras
en cada pétalo de
flores,
escribo poemas, prosas, versos
y a él se los dedico,
a mi inspiración
que hace de mis versos rosas perfumadas
salpicando mis poemas
con dulce miradas y
tiernos besos de amor.
Nos rodean aromas,
flores y velas,
estamos unidos a la tenue luz
que brilla sombreando
nuestros cuerpos en
éxtasis de amor.
Son las flores
manantiales de sueños
y de ilusiones y de
sus tallos
vemos florecer
nuestros corazones.
Las prosas poéticas
que mi numen me
inspira
van en busca de las
flores,
los frutos, los
aromas y sabores,
van para no volver
o para volver con
ellos.
Unos van a los
jardines,
otros al nido de amor
cálido y latiente,
el perfume y el color
misteriosamente los
elevan
por cielos azules y claros
hacia el amor que los espera
entre mil frutas y
aromas dulces.
Un pájaro y una flor,
un jilguero y una rosa,
habitan en lo
interior del ideal del poeta.
Entre flores y aromas
vivimos tú y yo
y las prosas poéticas
de nuestro amor
nos envuelven con
ímpetu alado
y nos ascienden
entre nubes de
algodón
desde el paraíso florecido,
entre risas y lloros en flor.
El perfume y el color
misteriosamente elevan
nuestras almas de
poetas
cruzando el éter
para beber luz en las
estrellas,
dormitando en el
silencio blanco
de la luna llena.
Volamos juntos
al espacio entre flores y aromas,
con las alas de todas nuestras canciones
irradiando ilusiones
por doquier,
ebrios de luz
como una estrella errante…