Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 14 de marzo de 2015
Suspiros del destino
Suspiros del destino,
¿a dónde nos llevan?
¿por qué se ciernen sobre mí,
como si mi alma fuera
tan solo un suspiro?
Me llevan a mi destino,
paraíso sin lugar,
isla sin mapa,
donde vivimos felices los amados,
los que amamos,
los que nos conducen
a una vida cierta y feliz.
Suspiros del destino,
en un puro volar sin hora,
quieta,
mi vivir es mi salvación
que sin saber por qué me lleva
a estar enamorada de la vida,
escribiendo siempre
en menudos pedazos de papel,
en pergaminos
trozados por el viento,
en páginas brillantes por el sol.
Milagro de vivir
lo sobrenatural de los suspiros
que colman mi destino
que quizás nacieron conmigo.
Es un prodigio tan íntimo
el que tú inspiras,
que hasta el color del cielo,
o tu voz,
o tu risa,
inunda mi vida en el aire
plenos de suspiros
surgidos del alma.
Las sorpresas del mundo
lanzadas desde lejos,
sobre ti,
mi amado,
como olas en mansa espuma blanca
a tus pies
se te quiebran,
dóciles,
esperadas
y a tu alma llegan,
desde el aire lejano,
mis suspiros de miel y amor.
¡Toda la vida es única!
¡Qué gozo que no sean nunca iguales
las cosas que son las mismas!
Suspiros del destino,
si el vasto tiempo entero,
río oscuro y sinuoso
se escapa.
en las manos nos deja
prendas inmarcesibles
llamadas días,
horas
en que fuimos felices,
enlazados
entre suspiros tiernos y dulces
Por eso los amantes
nos prometemos
los siempres
con almas y con bocas.
¿Y si no fueran los suspiros, suspiros?
¿Si los suspiros fueran
al estrecharlos y besarlos,
palpitaciones encendidas
entre el alma y el aire
como hilos finos y delgados
miedosos de ser escuchados?
Suspiros del destino
¿Y si hubiera otra luz en el mundo
para que nos condujera
despacio,
sin darnos cuenta
a otro destino más puro,
más fino,
más leve
que nos llevase a un mundo ideal?
Invisibles en el Paraíso
Invisibles en el Paraíso.
Nuestro lugar secretísimo
donde nadie nunca nos
encontrará, nadie
y es allí donde te siento cada
día
rozándome sutilmente con todo
tu amor
que es como una mariposa
que vuela en el aire de la
mañana,
como el viento suave que roza
mis cabellos.
Nos amamos sin prejuicios ni
condiciones,
sin esperas ni reservas,
sin egoísmos ni sombras,
sin cadenas ni sumisiones,
el mundo real para nosotros no
existe.
Invisibles en el Paraíso.
Nos amamos con la profundidad insondable
del océano,
con la claridad del Sol en las
montañas
con la fuerza suprema de
vientos huracanados.
Nuestras almas se buscan tras
toda emoción.
Invisibles en el Paraíso.
Frente a nosotros enmudece el
mar,
la arena,
el cielo y la mirada
y desde la lejanía se sienten
ecos,
palabras,
voces que suenan clamando por
la claridad y el amor.
¡Paz!
¡Vida!
Nacidos para la vida
y el amor fuimos creados.
Invisibles en el Paraíso.
Cogidos de la mano,
con pasos errabundos y lentos,
emprendemos nuestro camino solitario
y hemos subido al cielo,
a las estrellas luminosas,
en la inmensa noche azul llena
de temblorosos ojos.
Lengua del Paraíso,
sones primeros,
vírgenes,
entre tanteo de los labios en
el aire del mundo
para que estrenemos los besos,
los abrazos,
los nombres de los gozos
primigenios
que nuevos son para el júbilo
nuestro.
Invisibles en el Paraíso.
Que en los tiempos del alma,
allí,
en el más antiguo nos
encontremos sin buscarnos,
sin seguir huellas ni en
nuestra memoria,
ni en ningún signo nos guiaremos,
nos veremos percibiéndonos
nítidamente
entre la niebla gris que poco a
poco se fue abriendo
para que nos viéramos y nos
amáramos por siempre.
Invisibles en el Paraíso.
Y así,
lo que tú eres cuando yo te lo
digo
no podrá serlo nadie,
nadie podrá decírtelo.
Nuestras almas están juntas,
tú me sientes en la tuya,
yo te siento en la mía sin
poder entenderlo,
sin saberlo nosotros mismos.
Invisibles en el Paraíso.
Nuestro aire está lleno de
esperanzas en vuelo,
las encontramos y las
traspasamos
con nuestras alas tiernas
y con un soplo imperceptible
nos decimos
¡Te amo!
Aunque estén contra nosotros,
el aire y la soledad,
nos seguiremos queriendo
sobre todo en la alta noche
cuando el sueño,
ese retorno al ser desnudo y
primero rompe desde las estrellas,
nos queremos sin querer a
fuerza de estar queriendo.
Espero y desespero
Espero.
En las noches silenciosas y oscuras,
pienso
en ti que te has ido a hurtadillas
entre secreteos malsanos y tristes
a
otros amores que te buscaban sin cesar.
Me olvidaste,
yo no te olvidé,
recuerdo cada instante de nuestro estar
juntos,
amándonos con tal intensidad
que el día se volvía de noche y la noche día.
Desespero.
Sí,
desespero por no haberte podido decirte
¡adiós!,
todo sucedió en silencios prolongados y
dolorosos,
sin
una palabra aún fingida de falsos sentimientos,
dejándome adolorida y triste,
mi
corazón sangrante y las estrellas fugaces lo traspasaban
llevándome a ese mar interminable de lágrimas
tristes.
Espero.
Siempre te llevaré dentro de mí,
recordaré los dolores y las alegrías
mientras el mundo se me hace nada,
te
busco en mis recuerdos mientras te amo en mi soledad
y acuno las canciones
que me
cantabas despacito haciéndome sentir amada.
Desespero.
Y sueño que todas las noches vienes a poseerme
y te
pido que me digas donde acaba el hilo negro
y donde empieza el blanco
y para olvidarte aprieto los dos hilos con
las manos
en
espera de que el negro se vuelva blanco
y tú
desaparezcas de mi vida
y poder reponerme de este dolor sofocante que
me asfixia
y no me permite amar otra vez
sanado mis heridas aún sangrantes.
Espero.
Mientras espero nuevas ilusiones,
esperanzas,
amores nuevos,
escribo versos,
poesías,
prosas que desgarran mi alma,
en
intentos imprecisos,
versos
que simulan estrofas,
como el primer verso que tú inspiraste,
pero sin ti,
mi
numen vaga por altos horizontes
porque
tú eres la poesía que se perdió.
Desesperó.
Amor,
entre la magia y el misterio de la vida,
vuelo hacia ese pasado del cual ya estamos
alejados,
deseo parar el tiempo,
me fundo con la oscuridad y no la veo,
te
imagino conmigo buscándome.
Espero.
Ya no con anhelos e ilusiones que vuelvas a
mí,
sólo
espero con infinita paciencia
que
poco a poco te olvide,
te vayas de mí y así poder amar otra vez
con calidez de alma pura
y podré mirar el cielo llevando dentro de mí
el silencio del mar,
el fragor de la tierra, la música del aire.
Mi pensamiento me llevará lejos,
hacia
litorales desconocidos, horizontes iluminados.
Percibiré el leve crujido de la naturaleza
que me rodea,
amaré
y buscaré la paz
como
única esperanza y fuerza en mi vida
y te encontraré a ti,
la estrella que brillaba en el cielo para mí,
la que
yo no veía pese a que la noche era clara
y traía la luz a mi alma con un amor
verdadero y único.