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Tus manos


Tus manos

Lentas como gaviotas de porcelana planean sobre mi cuerpo,
ansioso tus dos manos de blanca sombra y delicadas líneas.
Tus suaves caricias bautizan mi frente afiebrada,
dibujan mi cara pobre y triste,
entibian mi cuello muerto porque tú no estás mi lado.
Cual hambrientas sensitivas,
con suavidad de blancos jazmines,
tus manos cuajan mis senos,
doloridos de deseo
y en borracha entrega agitan
la soledad que se deben.
Mis formas inanimadas,
viven, tiemblan, se hacen carne,
bajo el cincel embebido,
de tu pasión noble y pura .
¡Qué sensación tan profunda!
¡Qué grito de amor desgarra mis poros
y mi sangre!
Manos frágiles y suaves de vuelo tarde
y de caricia, detén tu giro de espuma de amor,
sobre mi cuerpo, mira bajo tu rostro,
allí brota mi alma parca,
allí vuelve mi amor pleno.


“La pajarera
del tiempo abre sus alas.
Marcha el reloj”

Lágrimas


Lágrimas

Lágrimas saladas inundan un mar en mi pecho,
te has ido y no te encuentro ni en un resquicio de este mundo pequeño
y frágil.
Estoy llorando espinas al amanecer,
cabalgando en vientos y huracanes, la lluvia golpeando mis mejillas,
sólo pensando en ti.
La piel de tu costado se me enciende sobre  el ojo cautivado,
de deseo y flota tu cintura sobre el agua,
que manan mis recónditos adentros.
De lágrimas de amor estoy sedienta de tanto que yo por ti concibo,
que me provocan un dolor tremendo al no verte,
en el amor que anhelo.
Lágrimas que angustian mi alma que una muestra de amor,
por ti clama, suplico
, por una huella que de ti añoro.
Tan de cristal y oro perfumado el aire que me cerca los ojos
lloroso,
que temo despertar en tus pupilas por no apoyar,
mis ojos en el aire.
Mis pestañas con gotas de agua rizan el viento y mueven el follaje.



“Enciendo velas
 donde el viento sacude
 negra soledad”

Inspiración


Inspiración

Todo deja de ser mi inspiración, mis poesías necesitan de ti,
pon en mis versos el tesoro de las alboradas de plata,
de las melodías de oro y las tardes de escarlatas.
En este tiempo medido con ensueños, ¡al fin!
veo que sales de mi nada tormentosa.
Mis formas inanimadas viven,
 tiemblan, se hacen carne,
bajo el cincel embebido de tu pasión noble y pura.
¡Oh milagro! … por fin fui tuya, toda tuya,
en un acto de total amor.
Cada beso nuestro es un temblor multiplicado,
que arde entre las ramas del cerezo.
Quiero morir en tu calor ,
para nacer en tus atardeceres.
Bajo el canto de tus besos,
en la danza de tus brazos con el ritmo de tu anhelo en flor.



“Naranjal en flor
 un azahar me bautiza.
purificación”