Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 9 de octubre de 2015
Miedo
Miedo
El sol enredaba sus hilos
con el viento, orillando el vuelo de mariposas tibias.
La siesta se hamacaba bajo
los sauces,
mientras río arrullaba el
sueño enamorado,
de las sombras frescas y
los paso otoñales.
Dos. Eran dos con miedo de
ser uno.
Miedo a amar y dejarse
amar.
Miedo a pasión desbocada.
Miedo y besos furtivos.
Miedo a hacer ramas
entrecruzadas bajo las ramas confundidas de los ligustros anhelantes.
Miedo a ser naturaleza
viva, en la naturaleza.
Los otros… los otros…
siempre los otros.
¿Y nosotros? … ¿Cuándo? …
Miedo de que con el viento
cañero, con los lapachos, con las flores sin nombre,
con los naranjos, por
jardines y plazas te vayas filtrando al campo,
para llegar al más allá y
no te vea más.
“Cupido
tiene una espada
por flecha, no hiere,
mata”
Placer
Placer
Cuando mis ojos gritan tu
nombre el todo se llena de gozo,
porque tu nombre es el
amor de mi vida.
Seduce mis formas de arcoíris
deslucido.
Regálame el trébol y el
aroma de tus manos.
Sacúdeme con el aliento de
tu brisa azul y ágil.
Quiero ser una brizna viva
en tu letargo de cariño.
Cuando entrecierro los
ojos intacto te recupero.
Pienso que estoy en tus
brazos, que hacemos el amor,
con ímpetus y voluptuosos
movimientos.
¡ Que placer, qué gozo,
qué delicia!
Mis caderas se contornean
pregonando ¡más y más!
Siento tu esencia inundar
mi cuerpo.
Estábamos como en un país
de hechicería, donde la braza,
ignora la ceniza y busco mirarte en un modo azul que
atiza la braza y
arremansa la alegría.
“Nadie
previno,
la
culpa de existir,
no
acepta culpas”
Ausencia
Ausencia
La tarde se ahoga en el
fuego dilatado,
como se ahogan mis ansias
en,
sobre la nada que me da tu
ausencia.
Llega tu voz de durazno y
miel florida,
para asfixiar suspiros y
apagar lejanías.
No es tu voz, ni el espejo
de tu voz es un canto de pájaros,
picoteando aleros, jugueteando indiferencias.
Ausencia, ya no siento tu presencia, no
vislumbro tu figura,
tus dulces manos, tu
mirada profunda,
otra vez mis ojos en el
fuego de la tarde, buscándote.
Y todo se olvida … hasta
tu ausencia …
¡Qué sensación tan
profunda arrancas de mis entrañas con tu ausencia!
¡Qué grito de amor
desgarras de mis poros y mi sangre!
Ya que en este Hoy es sólo
ausencia.
“El
reloj cae
y las horas se rompen,
lapida
y cruz”