Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 16 de octubre de 2015
Nadie
Nadie
Nadie ve tu rostro
triste y tu pecho flagelado.
¡Nadie!
Aunque te caigas herido
nadie te tiende una mano.
¡Nadie!
En vano buscas las puertas
si nadie siente tus pasos.
¡Nadie!
Mira arriba, busca abajo,
todo es gris hacia tus cuatros costados.
Camina, siempre camina,
nadie escucha tus llamados.
¡Nadie!
Te quedas por siempre solo
sin poder decir hermano a nadie.
¡A nadie!
Vas caminando por la vida
sola, contigo misma nada más sola, sola.
Duermo y pienso en ti y sé
que ya no te amo más, no eres nada para mí.
¡Nadie!
Quiero vivir sin ti , sin
temor a lo que yo más deseo.
A tu beso, a tu abrazo, no
quiero nada de ti.
Así mi amor está libre,
suelto con tu sombra descarnada,
ya te arranqué de mí estoy
sola.
¡Soy nadie!
“Enciende
la leña de tus brazos
para
recibirme entre las lenguas
encendidas
de tus manos”
Luna
Luna
Desciende serena, de la
luna llena.
La luz blanca y buena,
blanca y silenciosa, buena
y dolorosa,
espectral y hermosa, en
las nubes vuela, en el río riela.
En las cunas vela,
dilata el paisaje y un
temblor de encaje pone en el follaje,
astro sin ventura, copa de
amargura y luz de sepultura.
Esa antorcha incierta, de
la luna yerta,
errabunda muerta.
Luz fría y extraña que
embruja a la araña y a la telaraña.
Luz de pesadilla que en
los ojos brilla, del búho que chilla.
Está en el sendero que del
hormiguero va hasta el jazminero.
Y alumbra un camino vago y
blanquecino para el peregrino.
Luz exangüe , telar que
devana la tristeza humana.
Luz que el cielo envía
como poesía de amor de la noche fría.
Donde los enamorados bajo
su luz serena se abrazan y acarician,
con ternuras y cariños.
“Y
yo soñaba… soñaba
que
hoy… tal vez mañana…
quizás
un día… yo sería tu amante”
Inolvidable
Inolvidable
Estoy sola en los
silencios de páramo, extraviado.
Me crecen poderosas alas
en las manos, pies y cintura,
para cortar el tupido
follaje que me envuelve y me atrapa,
de una misteriosa selva,
allí no me encontrarás jamás.
Pido al ángel blanco del
amor, como en la hora ternísima,
del juego y de la leyenda.
Me regale ahora la
primavera inagotable,
de quién vivir al máximo
con amor compartido,
de consunción de dos
almas que en las azarosas luchas,
son para mis dichas que se
derraman inefables momentos olvidables.
La vida es hermosa
mientras el sol brilla y la luna no apague su luz.
Donde es de día y feliz
soy alegre y tan llena de flores que dejo atrás,
ese pasado negro y oscuro.
Sacrifiqué un poema por
ésta tarde y el estar contigo,
bajo la sombra de los
sauces y el rumor el río.
Estando los dos abrazados
cuerpo con cuerpo, beso con beso.
“La
vereda es un nicho
de
pájaros que
lustran
su voz”