Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 18 de octubre de 2015
Despertar
Despertar
Despertar a la vida, la
vida hermosa a la vida que es todo en este mundo,
la vida de la que estoy
enamorada.
En lo que hacemos siempre
amando, amando a todo el mundo, a todos nuestros semejantes, nadie que esté
fuera de acá.
Todo el mundo que esté
cerca nuestro y lejos.
Para que la gente que
necesita tanto amor le llegue el poco amor que yo les puedo dar,
a través de mis poemas.
Para que puedan ser
felices o encontrar también en ellos sus vicisitudes,
sus desengaños, sus
desafíos, sus grandes problemas.
Los van a encontrar en mis
poemas.
Por eso amo a mis poemas
son toda mi vida, si nos los tuviera ya no querría vivir más.
Sin los poemas la muerte
es todo.
Yo no quiero vivir sin
ellos.
“Quiero
morir en tu calor
para
nacer en tus atardeceres
bajo
el canto de tus besos”
Fragancia
Fragancia
Todo está intacto:
En las rejas, en las
glicinas y por el patio flotando tu sonrisa,
en la pieza las tupidas
cortinas que agitan fantasmas, lo muebles de jacarandá.
Cae la noche nos abrazamos
y besamos con ternura y fervor.
En un cajón tenía un
puñado de cartas y poemas de amor descoloridos,
flores secas, sobre las
cuales caían suavemente alguna vez mis lagrimas.
Aún me siento en el sillón
de seda amarrilla, abro las ventanas y a las golondrinas del aire,
entrego el secreto de mi
alma alucinada y la lluvia de mis ojos, siempre azules,
dulcemente despiertan a
las glicinas.
Dentro de la entrada
perfumada de mi pieza, la caja de música, los abanicos,
con señales de fiestas te
espera con mis brazos abiertos, esperando el goce eterno de tu amor, mi amado
amante.
“Me
ahogas
me
arrancas la carne en cada abrazo
me
desarmas el alma en cada beso”
Soledad
Soledad
Estoy sola bajo la opaca
multitud soterrada.
Todos pasan de prisa a mis
cuatro costados, como un naufraga que desde
la perdida playa llama
en vano.
Estoy, sola, angustia, por
el polvo rencoroso, pisoteada.
Estoy sola, olvidada.
¿ A dónde se alargan las
manos?
¿A quién abrir el corazón
desolado?
Todos llevan las tristezas
de la vida, sin recibir las señales de los astros.
Estoy sola, acosada.
Por los rostros repetidos,
renovados en quienes inultamente busco el rostro,
de un hermano.
¡Ay! si pudiera huir lejos
por el campo.
Y sin relojes echarme
sobre el pasto.
Estoy sola, encerrada,
quisiera correr descalza a las orillas de los ríos
y las manos de los aires
subir en pájaros o en nubes.
Y abrir la ventana a las
golondrinas del aire.
Para entregarles el
secreto de mi alma acongojada,
porque mi alma alucinada
hace lluvia en mis ojos siempre azules,
dulcemente despierta a las
glicinas.
“El
silencio
me trae tus ojos
de perla temblorosa”