Siénteme
tú,
el que
tiene mis secretos,
el que
me siente en las hojas secas,
en el
murmullo del mar,
en el
silencio del viento.
Eres el
que encuentra mi ardor
entre
tus brazos,
el ser
que vive en mis pupilas
y el
que late junto a mi corazón.
Siénteme,
soy la
que sueña en encontrar
la
letra de su cántico,
soy la
que te ama en su tiempo
y no en
el tuyo,
soy la
que te da tus alegrías
y
esperanzas.
Siénteme,
mi
calor te inunda,
mis
ojos te buscan,
mis
manos te acarician,
estoy
yendo hacia ti
con mis
brazos colmados
de
flores de amor.
Siénteme,
estoy
detrás de ti,
posándome
con suavidad
en
todos los recovecos
de tu
excelso cuerpo,
en
todos los tiempos,
hollando
horas,
días,
minutos,
rezumando
dulzuras
tras
las auroras del estío
que se
juntan con el otoño.
Siénteme,
sin
prisa,
desde
el sol que sale al sol puesto,
lentamente,
subiendo
a cielos lejanos.
Siénteme,
en tu
camino
sobre
anhelos y esperanzas
que tu
vida va creando,
sobre
los días lentos
y las
ardorosas noches
ardidas
de desvelo.
Siénteme
,
en la
alta madrugada
cuando das
por fin
con el
contorno de mi cuerpo,
fresco
y exacto para ti.
Siénteme
en esa ola jubilosa,
como
milagro caído del cielo.
Siénteme,
junto a
ti,
sin
temores ni recelos,
siente
mi vibrar,
mi
latir,
mis
caricias tenues que van hacia ti,
confabulándose
par hacerte feliz,
nuevo,
ser entero,
joven,
fuerte,
vigoroso,
especial
y único.
Siénteme,
mi
admiración te rodea,
mi
compañía te envuelve,
siénteme
tuya por siempre.
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