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domingo, 29 de mayo de 2016

Secuestro furtivo


Secuestro furtivo,
¿te acuerdas tú de aquella noche
que a escondidas
y con misteriosos impulsos
me llevaste a aquel umbrío lugar desierto
donde a solas nos amamos?
La brisa nos acunó
y el mar nos arrulló
con sus ondas livianas
como una melodía
de lejanas orquestas.

Secuestro furtivo,
me retuviste entre tus brazos tibios
 y yo me deshojé lentamente
como flor de azahar
pura y virgen
y con dulzura me dejé raptar.
Me quedaría en el encierro de tu cerco,
en todo lo que estoy,
donde estamos tú y yo juntos,
quietos como el agua quieta,
retenidos en el amor sin sol.

Secuestro furtivo,
disimulado, sigiloso,
 ¡qué ansia de repetirse
esto que está siendo!
 ¡qué afán de que mañana
 sea nada más
que llenar otra vez
al tenderte ese hueco que deja,
hoy exacto
en la arena, tu cuerpo!

Secuestro furtivo, cauteloso,
para que no se sepa
ni se entere el mundo
que estamos viviendo
entre apretados y estrechos
 cercos cuerpo,
alma y mar.
Nada promete el orbe,
 ya nos lo da,
lo tenemos todo ya,
nunca más nos separaremos
ni por el viento, ni por las nubes,
juntos cantando siempre.

Secuestro furtivo,
retención deseada que despacio,
 sin prisa, sin siquiera escuchar tus pasos,
sin ver tu sombra en la fronda
me envolviste con tu mirada dulce
y tu voz pausada y lenta.

Tu risa me secuestró
y le dio colores a la noche
y yo disuelta en alma y espíritu
me entregué a ti
hasta unos cielos lejanos
en una gloria abstracta del alfabeto.

Y danzamos juntos,
 apretados entre frenesíes de pasión,
rodeados de flores
del jacarandá, azaleas, azucenas.

Secuestro furtivo, 
quemante hasta lo indecible,
hasta horizontes lejanos
donde nos podemos tocar, palpar,
en nuestros reflejos sin casi tocarnos,
en nuestras formas reales
donde se nos escapan suspiros
 hasta la muerte.

Nadie nos ve, nadie nos dice nada,
estamos en nuestro mundo propio,
sin altares de llamas
pero sí de deseos y pasiones.

Secuestro sigiloso,
nos dan formas de una geometría sin angustia
entre delicias hijas del agua,
cálidas caricias en los fríos inviernos
entre amores verticales, cristalinos y auténticos.

Mi pecho se agranda, se agita,
siente la presencia de tu amor
 en este secuestro furtivo,
nuestros corazones se unen
y en silencio nuestras manos
se entrecruzan en el aire,
en voluptuosa danza
entre sombras sin paisajes.

Y todo cambia en nuestro existir,
 los besos son únicos,
son nuestros
y como cómplices
 del delicioso amar los dos,
atónitos, vivimos el hoy,
el ayer y el mañana en un encanto
y esdrújulo sueño elegido en ondas del viento.

Arropados y somnolientos
nos elevamos al más allá,
solos con nuestras voces y sonidos,
seguros de amarnos por siempre.

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