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sábado, 2 de julio de 2016

Deseos reprimidos


Deseos reprimidos, escondidos, misteriosos,
 ocultos en lugares secretos del alma,
 todo en ellos son canjes, 
ola y nube, horizonte y orilla.

Deseos reprimidos, 
de escapismos y desapariciones, 
vuelos a otros mundos 
donde la lucha no existe 
y donde está velando 
en puro juego 
ese ardoroso buscar 
en la plenitud del acierto.

Tratar de encontrar el universo 
cuando se aclare
 la razón final del movimiento, 
del no moverse, 
del esperar un mediodía sin tarde, 
la luz en paz, 
renuncia del tiempo al tiempo.

Deseos reprimidos 
que buscan en mi interior
 la plena consumación del amor pasional, 
sensual, del amor,
 igual, igual, 
que de tanto ardor 
me conduce al sosiego 
mientras mi lira sin cesar lo aclama.

Deseos reprimidos, 
son el eco que resuena en mis entrañas, 
como los versos en mi alma 
que cantan a lo grande 
porque van conmigo 
con un corazón que las alturas ama 
en un ideal cuyos fulgores persigo.

Aspiro a que se insinúen 
en el real mundo en que vivo.
¿Qué buscan? 
¿Qué esconden? 
¿Amares tumultuosos, espontáneos, vibrantes, 
sin doblegarse a un doble juego?

Deseos reprimidos, 
quiero alcanzarlos, una vez, mil veces,
 con decisión inequívoca, 
con prisa desatada, 
con mis ilusiones volando 
hacia altos templos de vestales iniciales.

Deseos reprimidos,
 los quiero por audaces, 
los quiero por ingenuos, 
yo sé que en sus anhelos hay horizontes 
para los mundos y los cielos.
Placeres, quereres, poderes,
 entran sin desearlos
 a la porosidad lumínica 
de todo mi ser.

Deseos reprimidos, 
los ansío dentro de mí, 
por doquier aparecen
 en cualquier lugar, 
en momentos imprevistos, 
sin tener un ápice de necesidad, 
de poder, de poseer, 
de intentar aprisionar al amor
 entre barreras semiabiertas 
para sentirme más libre, 
dispuesta a intentarlo todo, 
a descubrir lo más obvio,
 a lograr el descubrimiento 
del deseo realizado.

Deseos reprimidos, íntimos, 
que intuyen los aromas del amor, 
que dan vitalidad, 
fuerza, ternura y placer
para que la vida transcurra sin tregua, 
con pausas moduladas, 
sin insistentes sobresaltos, 
como queriendo volar.

Deseos reprimidos, 
tejedores de urgencias, de reclamos,
 de esperas, sin prisas ni bravatas, 
pero con insistencia terca 
para poder llegar a recoger 
el aroma del mundo 
y sentirse dentro de él… 
profundo y con total fuerza
 ilimitada y necesitada.

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