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domingo, 24 de julio de 2016

El intruso


El intruso,
en una noche trágica,
sollozante,
entraste en silencio en mi vida
para hacerla florecer
en tu boca tempranera.

Desde ese instante
mi mundo de luz
se transformó
en un roquedal oscuro y triste
y el dolor inundó mi alma
en lugar del amor verdadero
y único que me colmara de felicidad,
sin historias de heridas ni temores,
sin fracasos traicioneros.

El amor
me abandonó las caricias,
los cariños,
la fe,
la fuerza de vida,
las alegrías y las risas
desaparecieron en la nada.

Mi mundo pleno de amor puro
cerró las puertas al cielo al entrar tú
el intruso a mi vida.
¿Por qué razón llegaste?
¿Qué querrías de mi?.

El intruso
solo me dio un amor falso,
insensible,
egoísta y cruel.
¡Ahora basta!
¡Aléjate intruso de mi vida!
No quiero sentir mas
la cascada de tu risa
sarcástica e irónica
navegando en mi recuerdo,
la cadena de tus brazos
arropándome en tu pecho.

El intruso dejó su olor en mi piel,
huelo a él,
me persigue su olor,
me persigue y me posee.

Sentir de ti,
intruso,
no quiero tu palabra enamorada
acariciando mi lamento
y la lluvia de tus montes
seduciendo mis silencios.

Sentir no quiero más,
intruso,
tu colinas encrespadas
devorando mis desiertos
y el oasis de lujuria
que tejías con el beso.

El intruso,
sentir no quiero el halcón de tu mirada
desafiando mis intentos
y el amor de tu capricho
galopando en mis inviernos.

Sentir no quiero el perfil
de tu silueta esculpiéndose
en mi huerto
y ni someterme más
al primer roce de tu fuego.

Sentir no quiero la agonía
que se siente al sentir
que no te tengo
¡Déjame sola tú el intruso,
no quiero oír más tu voz!

Esta soledad no me deja en paz,
si tú intruso mío
no estás nada es igual.
El intruso que un día fue todo para mí
en el decir claro de un te amo,
sin regatear ni una sola letra,
dando por completo la pasión
y el corazón en una mirada.

Intruso,
efímero sueño concluido,
¡qué amargo pesar
ahonda la pena!

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