Los vientos y tú,
nos acercarán estrechamente,
se congregarán
después de la puesta de sol
y soplando formarán
una gran orquesta,
tocará sólo para ti.
Nuestros cuerpos
vibran y se acercan
unidos a la naturaleza,
formamos parte de ella
y latimos con su crecimiento
respiramos con el viento
y nos elevamos en vuelo
abrazados como un solo cuerpo.
El amor nos une de tal manera
que nos permite oír
hasta el más pequeño ruido,
el murmullo del aire
al acariciar la hierba,
el canto de los grillos,
el roce de las ramas.
Nuestras manos entrelazadas,
son un nido tibio de amor
y apoyando mi cabeza en tu pecho,
me fundo como figura en tu bronce,
subiendo los peldaños del deseo
hasta alcanzar la cumbre de tu nombre.
Los vientos y tú,
se arremolinan,
nos envuelven,
nos enlazan,
nos encienden
el deseo de estar juntos
hasta nuestros más recónditos adentros
y encuentran en mis labios,
las palabras que unan tus oídos
a mis versos.
Los vientos y tú,
nos sacuden las bases
de nuestras sangres
y hacen aparecer
tu nombre contra el cielo,
amor, que desnudándote,
caminas en mi búsqueda
sobre el cerco que esconde mi silencio.
Los vientos y tú,
nos acercan,
nos apegan,
fuerte, muy fuerte,
consumiéndonos
en llamas de amor
inolvidables.
Los vientos coronan
nuestro amor,
a veces serenos,
calmos,
a veces bravíos
como huracanes recién iniciados.
Los poemas de amor
que nacen de mi alma
se me vuelan lejos,
hacia ti,
como milagro,
entre compases y cantos
con un monorrítmico estribillo
en mi desafinado violonchelo.
¡El amor eres tú!
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