Lluvia de poemas,
me lavan el alma
pasan transportando mi
soledad
en frágiles esperanzas
mojadas.
Estoy empapada de versos
que resbalan por mi
universo
de poéticos encuentros…
Lluvia de poemas
que mojan el espejo
donde veo mi rostro
acusando arrugas
por el tiempo ya ido.
Sigue lloviendo aquí,
en mi pecho,
me duele el corazón
porque mi sangre se lava
y pierde su color.
Es que esta tristeza
empapada de sudor
no deja que mis ojos se
abran
para secar mis miedos
y aliviar mis húmedos sentimientos.
Entre tanto y tanto
correr
por mi cuerpo,
esta lluvia sin cuartel,
me inquieta
pero sigo escribiendo
en el azul enero
que se dispone a hacer
de mi lluvia de poemas
versos empapados de
nostalgia,
muchas, muchas y más.
No dejes, lluvia traicionera
que olvide con tu
continuo gotear mis penas,
cuánto más quieras
engañarme,
más me doy cuenta
que vienes a disolverme
en tu torrente
interminable.
Lluvia de poemas
que tras el vidrio
esfumado
transmites el pregón
de un corazón lavado
por un gran dolor.
Lluvia de poemas,
ha sonado la hora
de que me sienta
intocada
por el agua que moja mis
sentidos
unidos a ti,
sumergidos en un mar de
caricias.
Éste corazón mío,
tan abierto y tan simple
es ya casi una fuente
debajo de mi llanto
entre mis poesías
inundadas de agua.
Muy lejos están
como en un lago
estrellado
calmo y en sosiego.
Lluvia de poemas,
estoy agotada y turbia,
espiga de abandono
regado sin cesar,
desolada lloro.
Entre tanto, la lluvia
golpea sin cesar,
todo el musgo del tiempo
como azote de ancho
dolor
ve mis poesías rotas,
inacabadas,
arrojadas al cielo,
mutiladas, arrastradas
por la lluvia,
dejándome sin mi última
ilusión.
¡Quería que llegaran a
ti,
puras y vírgenes
para que recibieras,
temblando de espumas,
mis páginas de sueños
en una larga soledad
siguiéndote en tu camino
sin sol.
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