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lunes, 8 de agosto de 2016

Voces del alma


Voces del alma,
me llegan a hurtadillas,
escondidas entre vericuetos del corazón.

Vibran sincopadas, juntas,
son toda la luz del mundo 
aún en tardes sin sol.

Voces del alma,
nos unen, nos enriquecen
de gozos y placeres
hasta el infinito
filtradas en el tiempo
y en la distancia.

Voces del alma,
nuestros sueños
nos recuerda el viento.

Nos escuchamos
y cuando me llamas
al levantar el tono
rayos de tu voz,
cruzan mi corazón
y dan luz a mi vida.

Mi amor es ahora
con nuestras voces del silencio
como un torrente, como un río,
crecido en plena tempestad,
como un lirio
prendiendo raíces en el viento,
como una lluvia intensa
sin nubes y sin mar.

Si nuestro amor es de agua
¿por qué  nuestras voces del alma
se van a rumbos inmóviles
sin pretender que nadie las escuche
ni nadie las lea?

Voces del alma,
¡cómo anhelo la paz,
la hora sin ruido
cuando  nada perturba
nuestra existencia
en este silencio encantado,
misterioso, único,
que une dos almas
en un íntegro amor.

Y entre nosotros
surgen las canciones
por palabras,
poemas sin pulso ni vibración
entre trémulos ecos
por la faz de la Tierra.

Voces del alma,
¿Cómo haría yo
para salvarnos del tiempo
que nos lleva a separarnos?

No, quiero estar entre tus brazos
por siempre, en silencio,
mirándonos en nuestras pupilas
para que nos lleven a caminos libres
en nuestros rumbos
hasta el mar que nos cercan
y nos deja amarnos en silencio.
Las sombras
se han echado a dormir,
entre nuestro amor digno
sin constelaciones
que nos destierren del suelo
como dos pájaros cansados,
casi muertos.

¡Oh, la sed infinita
de estrecharnos y asirnos
en este silencio profundo y amado
donde mis versos son espacios
de espumas
que no temen perderte.

Voces del alma,
cúbrannos y rescátennos del llanto,
dennos tan sólo
recuerdos castos,
sin olvidos ni penas.

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