El refugio
Aquí,
el silencio verde del árbol
y los muros que conducen y fuertes
defienden contra los vientos,
te espero,
a ti mi amado amante.
Aquí,
en la paz de intactos cristales que liberan del polvo ,
del ruido , de las sombras de las calles estrepitosas ,
pienso en ti en cada instante .
Mi refugio eres tú, mi amado,
en el manantial de la dicha que suave mana,
entre poemas de amor, flores,
pájaros y los sueños remontándose a las
nubes altas.
A veces, en algún instante mágico,
con anhelos
de estar contigo entrelazada en tus brazos,
crece una hiedra pálida
de
dudas ahogando en desazón al pensamiento
y detiene las horas de la espera la ramazón
elástica del viento.
¡Qué dicha sin sonrojos recorre lentamente
mis venas
al sentirte llegar a mi refugio,
con tus pasos atenuados y lentos
sin prisa sí con deseos
de
un profundo sentir de que sea tuya!
Y así esperándote, surgen mis versos
con un impulso circular de mis silencios
entrecortados del placer
de decirte ya no más.
Quiero que te alejes de mi nido
entibiado de pasión , de deseos acuciantes.
El íntimo ademán emergerá del vegetal
periplo
con
un guiño punzante
trasmutando en estrellas
los
anhelos punzantes de la espera.
La tarde se ahoga en el fuego dilatado
como se ahogan mis ansias sobre la nada por
tu ausencia.
Refugio donde el amor,
La esperanza,
La Ilusión,
El deseo,
La pasión.
Se refugian entre espejos acrisolados de
emoción
al sentir tu llegada
y mi corazón tiembla con alegres latidos,
con suavidad de jazmines
y arrullos de horas ciertas .
“No
hubo nido
tú
volaste…
en
el refugio esta mi sueño,
mi
leyenda de otoño en serenata”
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