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martes, 6 de septiembre de 2016

La música de mi alma


La música de mi alma
 trasciende hacia el infinito
con sones melódicos y dulces,
plenos de sentimientos de amor.
Va a impregnarse a mi corazón
haciéndome sentir temblor de balada
como voz que nunca se cansa.

La música de mi alma
es tu nombre recogido en mi boca,
 es color en el viento,
es tan leve en extensión
 que sufre el labio
 al amparar su son en un breve tiempo.

Mueve el viento su lengua sosegada,
el monte su verdor sangra
en su espesura
al oírse la música de mi alma.
La música de mi alma
 son los signos de tu voz
que me reclaman,
despiertan mi ternura y mi requiebro.

La música de mi alma
se recuesta
en el aire alado de los vuelos,
sobre el linde sonoro de tu pecho.
¡Oh el blando corazón que yo apetezco
que llora y llorando me desvelo!
La música de mi alma
mueve tus distancias
como alas batientes
por detrás de mis mejillas,
el color de tu tez, allende el ojo,
fatiga el  corazón y mi respiro.

La música de mi alma
hace soñar tus manos
por mis manos,
sol desmayado y musgo despertado
 y el calor de mis pupilas
 ahonda la trabazón de tus abrazos.

La música de mi alma
va como alas en el aire
que ajusta como un arco mis deseos
y del puente que tiendes
con tus flechas
 bajan sombras de amor intenso
 a nuestro suelo.
Ella custodia el hechizo de tu sueño,
 mis manos,
angustiándose en el aire
por mi largo alumbrar del movimiento.

La música de mi alma
divide en luz el zócalo del viento,
el aire se serena al escucharla,
nace desde mi corazón estremecido
y torna el río aljófar de la mar
a los roquedales,
dorada abeja en aires de alelíes,
la miel de mis labios
 te busca y te besa.

La música de mi alma,
sube en notas,
en número concorde a tu pecho
y es mi regalo para ti, amado.
Mira!,
una viola celeste cruza el cielo
y armoniza su son con mi cantar
que ya es nuestro,
por mi música nos amamos
y nuestro amor riza el viento
y mueve el follaje.

La música de mi alma
te busca siempre
desde el amanecer
hasta el fresco temblor del rocío
 y así te la hago llegar
 para que te sientas perdido
para siempre, en tu embeleso
sin sentir el cercado de mis ramas
y que veas mi fuego
que en los fuegos arde.

Sacúdanse las notas de mi música
para que aparezca tu nombre
 contra el cielo, amor,
para que al desnudarte,
camines sobre el muro que cerca mi silencio.

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