Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 10 de enero de 2016
Claroscuro
Claroscuro,
mi vida se desliza
lentamente por un fuego helado
que deja mi corazón
apesadumbrado
y entre quejas y penas
mi alma en un grito de
silencio ensordecedor
clama por paz sin lágrimas
dulces.
Claroscuro,
entre mares de letras,
monosílabos,
frases como en una marejada
con oleaje alto
me interno en mí misma.
Se me vuelan los ojos
entre colinas y llanos
en este mediodía cielo de
raso
y me tiendo en el verde prado
entre el roquedal y el bosque.
Claroscuro,
amarillos y verdes,
amariverdes,
escuadras implacables y
sutiles
pinceles duendes fríos y
cálidos.
Fuiste y serás
el amor de mi calma
y excitación ya y nunca.
Mis poemas se irán al mar o
al rio
entre las sombras de los
sauces
y llegarán a ti para
aceptarlos
o rechazarlos.
Me los devolverá
la tarde en un claroscuro
entre puñados de agua
cristalina y turbia
entre ristras de voces
bajo los árboles frondosos
y raros
Claroscuro,
mi corazón late en una
acertada
y confundida alquimia
secular de los jardines
trocando la sigilosa confidencia
en alto aire cercano y
lejano,
tallado,
esclarecido.
Claroscuro,
de mi sombra ingrávida y
caduca
entre promesas huidizas
y venideras del amor en las
manos.
Te veo llegar con tus dos
ojos
sin mirada
y tu silueta apenas
sobrevive
difusa y estival.
Claroscuro,
se me ha perdido tu nombre
y tu rostro y tu figura,
los ha filtrado el tiempo,
en anexar y desunir,
entre sordinas atronadoras.
Claroscuro,
el recuerdo es olvido,
de tu silueta apenas
sobrevive
entre alegrías y hastío
una imagen cercana y lejana
a la vez.
Eres de un país de hechicería
donde la brasa ignora la
ceniza
y el mirar es un modo azul
que atiza la brasa
y arremansa la alegría.
Claroscuro,
amor impetuoso y calmo
que llevó a una pasión
desbordante,
avasalladora y tierna.
Sueño crecido,
impulso que descarta la
unidad.
¡Oh milagro realizado!
¿Es esto un diálogo
inventado?
¿O es que mi sangre harta
de pájaros y de sueños
busca enhebrar la perfecta
compañía
de tu amor imposible y
verdadero?
Crónicas de amores vividos
Crónicas
de amores vividos,
dormidos
en el dulce rincón
de los
recuerdos guardados.
¿Por
qué volvéis aquellos,
tristes
y olvidados
a la
memoria de placeres perdidos?
Amores
vividos en ayeres de ayeres,
en el
hoy,
en el
ahora,
los
quiero porque sus alas sobre mi sien,
flotaron,
yo sé lo que me hicieron sentir,
yo sé
lo que me hicieron soñar,
todas
las vibraciones
y
latires que sentí en cada segundo
en mi
laúd con sus cantares.
Crónicas
de amores vividos,
historias
inolvidables,
imborrables
de mi existir.
Mi
mente se abre
para
que los relatos me salven
de una
soledad infinita
que se
despliega en un abanico romántico.
Las
prosas poéticas de amor
que me
inspiraron en mi vida esos amores,
las que
dejaron huella,
las que
me marcaron
con
sólo nombrarme en mis labios,
se
hundieron entre las ruinas
de
algún idioma inmerso en la
Tierra.
Crónicas
de amores vividos
que me
hacen cantar ebria de dicha
y de
emoción cuando pronuncio nombres,
fechas,
lugares,
minutos,
segundos,
vividos
cada uno con total intensidad.
Mi
espíritu todo se envuelve de luz
como
una aurora y su resplandor rosado,
mis
amores vividos,
se
hacen realidad,
plenos
de místicos aromas
acallando
toda pena,
mitigando
todo afán.
Crónicas
de amores vividos
que por
haber vivido
encienden
el sol
como
lámparas de cegador rubí
y en mi
paraíso de cristal
y agua
mil besos me buscan,
acarician
mi piel,
descubriéndome
toda,
lentamente,
sin
temores ni dudas porque mi cuerpo impar,
tenso y
desnudo
ya no
se hará visible más
que
para el único amor verdadero.
Y creo
que me aman,
alguien
ya sabe que existo,
que
puede estrecharme entre sus brazos
y que
por eso lo amo.
Crónicas
de amores vividos,
así la
vida pasa feliz entre las flores,
los
cantos y fulgores de intensos amaneceres
sin que
se enturbien los sentimientos
en su
diáfana transparencia,
el no
tener mañana
como no
se tuvo ayer.
De las
fugaces dichas las palabras,
las
ideas,
las
prosas como emblemas
van a
las hojas de cada flor,
se van
a su perfume,
se
dispersan en cantos,
buscándote
a ti,
el que
hizo palpitar y vibrar
mi
corazón con todo su ardor.
Y entre
un gran humo de pájaros cantantes,
el
relato de mis amores,
entre
las brisas se alza y asalta
su
magnífica vastedad.
Siguen
el reflejo del agua en playas virginales,
sin
reposo,
porque
el mar se resiste,
ola
tras ola a que se escondan
las
huellas de los cuerpos.
Crónicas
de amores vividos,
quien
va a dudar de las historias que dejaron signos,
deslizándose
entre las leyes más antiguas
que los
dioses abrieron en la tierra,
los
gozos,
las
dichas,
los
placeres.
¿Quién
va a dudar de esa verdad tan clara
en las
antologías en todos los idiomas
que el
amor tejido
entre
coronas en noches invernales
es lo
más perfecto y deseado del mundo?
Instante de amor
Instante
de amor,
breve,
brevísimo
pero intenso,
apasionado,
haciéndome
vibrar
todas
las cuerdas de mi cuerpo.
¡Qué
olor de azahares y madreselvas
a mi
pecho se derrama
al
sentirte en mi alma!
Eres la
luz que ilumina mi alma encendida,
me
enseñas la orilla de ese mar que descansa
y al
rayar el alba puedo tocar tu silencio,
instante
supremo,
despierto
el tormento de un amor sin fronteras,
sólo
instantes,
pequeños
espacios de presentes eternos.
Instante
de amor y dulces miradas
con
cálido encuentro a puertas cerradas
con un
mar de palabras no pronunciadas
y
caricias aisladas con un verbo inspirado
en un
mar liberado.
Al
llegar el ocaso de una línea de mi vida,
recordaré
ese instante,
único,
reflejándose
siempre
en el
espejo de mis pensamientos
y
besaré en silencio
que dio
vida al placer de sentir en mi alma,
tu ser.
Lo que
sentimos es un camino sin un principio…
ni un
final.
Fiel a
mis instintos y al deseo de vivir
una
experiencia mágica,
única,
distante,
sobrenatural,
te
escogí a ti en un breve instante y tú a mí,
con la
única protección de mi secreto…
tú
secreto,
corriendo
juntos los momentos breves
como
los más vibrantes del amor.
Instante
de amor,
suspiros
entrecortados
como
cantos de aves en enero al abrirse
las
amapolas bajo nieve,
invisibles.
Se
escucha el canto del gran hallazgo
que al
amor se le oye,
su
soliloquio,
claro,
sin
esperar que llegue ese día preciso.
Sólo
cuando el amor despierta,
me roza
por instantes aún en una noche fría
ya que
el impulso del amor brota
con
música de liras el don de alegrarse,
seguir
su ímpetu y conquistar
su
forma por el aire diáfano.
Instante
de amor,
breve
pero lento,
pleno
de placer y alegrías,
deja
lágrimas de emociones llenas de ti
y de mí
en surcos de pasión aclarando
tristezas
y llenando melancolías.
Lágrimas
por quererte,
secarlas
con sentimientos
que
perdurarán por siempre.
Y de
noche te sueño,
te
contemplo a mi lado
y te
miro sin saber que existes,
en
poder pensarte y te siento con amor,
aún sin
saber si estarás junto a mí algún día.
Instante
de amor,
sueños
que ilusionaron,
sonidos
que se soñaron,
miradas
que pretendieron poseerte.
Suaves
llegaron tus palabras
¡todo
ilusión,
pretender
que existes,
que me
amas!
Déjame
amarte aún sin tu saberlo,
amarte
es mi presente,
es mi
futuro,
sólo sueño
amarte porque amarte es mi ser,
es mi
vida,
es mi
anhelo,
mi
deseo más profundo.
Instante
de amor,
te hago
llegar en él mis palabras,
mis
sentimientos,
¡siéntelos!
y
búscame más allá del final del mundo.