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Sin tiempo ni distancia


Sin tiempo ni distancia
estás a mi lado,
transmitiéndote todo
lo que necesita mi alma,
que me recuerdes,
que pienses en mi existir.

Me das tus sentires,
para que mi melodía sea
una melodía cuando te escucho
o leo tus palabras ciertas,
porque la vida no está hecha
para romperse en jirones
sino para vivirla sintiendo las pulsaciones
como latidos dentro de sueños.

Sin tiempo ni distancia
estamos juntos en el vivir
constante y permanente.

¡Vivamos la sorpresa
de pensar en encontrarnos
en cualquier instante,
en un minuto,
el claro y feliz!.

Sin tiempo ni distancia,
te estoy dibujando con mis palabras,
tu rostro, tus manos creativas,
tu mirada dulce y tierna,
con tu entrecejo fruncido
y tu ceño cerrado.

Sin tiempo ni distancia,
te entregas a través de la vida
trasluciendo la fuerza que te anima,
tú, el ser creativo,
el ser sensible,
el ser que vive la vida
con total intensidad.

Sin tiempo ni distancia,
en un mundo de lo ilimitado,
sin fronteras,
nos encontramos,
nos rozamos,
nos sentimos.

Las propuestas de encuentro son de futuro,
¡de promesas!,
¡de ilusiones!,
¡de fantasía!
pero para nosotros,
verdaderas y únicas.

En un conjunto de reacciones que aparecen
y cuya explicación no se sabe definir,
tú y yo estamos juntos,
palpitando entre suspiros suaves
de aceptación mística.

¡Ay! te quiero cerca,
con ternuras que la creación nos da,
cobijos en este lugar insólito del universo.

Siénteme


Siénteme tú,
el que tiene mis secretos,
el que me siente en las hojas secas,
en el murmullo del mar,
en el silencio del viento.

Eres el que encuentra mi ardor
entre tus brazos,
el ser que vive en mis pupilas
y el que late junto a mi corazón.

Siénteme,
soy la que sueña en encontrar
la letra de su cántico,
soy la que te ama en su tiempo
y no en el tuyo,
soy la que te da tus alegrías
y esperanzas.

Siénteme,
mi calor te inunda,
mis ojos te buscan,
mis manos te acarician,
estoy yendo hacia ti
con mis brazos colmados
de flores de amor.

Siénteme,
estoy detrás de ti,
posándome con suavidad
en todos los recovecos
de tu excelso cuerpo,
en todos los tiempos,
hollando horas,
días, minutos,
rezumando dulzuras
tras las auroras del estío
que se juntan con el otoño.

Siénteme,
sin prisa,
desde el sol que sale al sol puesto,
lentamente,
subiendo a cielos lejanos.

Siénteme,
en tu camino
sobre anhelos y esperanzas
que tu vida va creando,
sobre los días lentos
y las ardorosas noches
ardidas de desvelo.

Siénteme ,
en la alta madrugada
cuando das por fin
con el contorno de mi cuerpo,
fresco y exacto para ti.

Siénteme en esa ola jubilosa,
como milagro caído del cielo.

Siénteme,
junto a ti,
sin temores ni recelos,
siente mi vibrar,
mi latir,
mis caricias tenues que van hacia ti,
confabulándose par hacerte feliz,
nuevo, ser entero,
joven, fuerte,
vigoroso,
especial y único.

Siénteme,
mi admiración te rodea,
mi compañía te envuelve,
siénteme tuya por siempre.

Esperándote


Esperándote,
aguardándote,
aquí estoy escribiendo
las páginas de colores
que cambian con el tiempo.

¡Qué mágicos alfabetos
en estas hojas vacías!.
Tienen rasgos de cristal,
puntas de agua,
monosílabos brillantes.

Esperándote,
escribiéndote a ti,
mi inspiración eterna,
con palabras que se clavan
en lo hondo de mi ser.

Busco frases de amor
para mi númen de siempre,
cláusulas blancas que pasan frente a mí,
lentas  y pausadas
componiendo odas
con ellas de celestes temas.

Esperándote,
con la luna,
el amor y el cielo,
rodeándome de constelaciones,
esperándote el tiempo justo
en que llegarás a mi lado.

Esperándote,
de nuevo, ansiosa,
buscando la palabra,
uniendo sílabas mudas
ante un mar de lágrimas
que me estremecen sin esperar
a que encuentre respuestas
perdidas en el silencio.

Esperándote,
descubriendo hojas como pergaminos,
procurando descifrar
en libros de sílabas polvorientos
una frase clave para mi palabra.

Aquí estoy,
esperándote como desde el principio
porque un nuevo sol
me enseñará las palabras graves,
mañana ya sabré alzar las notas,
hoy, sólo entrego mi palabra
hecha poesía.

Todo es canto y poesía para ti.
Siempre estaré pendiente de tu existir
y estarás en lo más profundo de mi ser.

Todos mis poemas,
los que escribí velozmente
en hojas que precipitadas apenas
las letras las cubrían,
allí volaban lo escrito
como alas de las mañanas,
pluma tras pluma se iban.

Pero hoy, aquí,
yo estoy a tu lado,
esperando tu amor
diáfano y puro.