Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 21 de agosto de 2016
Caminante silenciosa
Caminante
silenciosa,
mi paso leve,
despacio,
viajando por
la vida
va buscando
el Amor que
anhelo tanto.
No me
anuncian lúbricas ceremonias
ni sordas
campanas
de
ancestrales reflejos.
Mi ruta es la
música salvaje de los pájaros
que sueltan a
los aires
mi bondad en
revuelo.
Caminante
silenciosa,
en búsqueda,
con sed ávida
y perenne del
amante único,
y que también
me busca sin denuedo.
Con gran
esfuerzo tendida en playa firme
grita mi
corazón vacío,
en la nave
del mundo.
Caminante
silenciosa,
elegante,
sobria,
aparenta
calma,
pero en su interior
bullen mil
sentimientos
de nostalgias
y desesperación
porque el
amor no llega.
¡A veces, la
vida me quiere estallar
en canciones
de angustia inesperada!
Hay una sola
puerta abierta
en mi camino
silencioso,
¿A dónde va
mi vida,
desconocida de
sonrisas?
Busco su
rastro,
como si el
cosmos se hubiese concentrado
en su energía
y hasta ella
fuese
mi emoción
hecha pedazos
de mariposas
destrozadas.
Caminante
silenciosa,
con mi
emoción que rueda ahora
por una de
esas islas salvajes
de dolor y
pena.
Me he sentido
llegar allí,
donde se
mueren las canciones felices
y el dolor se
da cita
con la
pintura transparente del cielo.
Sangra el
dolor del atardecer
caído a mis
espaldas,
la pena del crepúsculo
que quizás
no podré encontrar
el Amor
y seré como
una margarita
pálida en el
bosque.
Y de pronto,
mi caminar se detiene,
porque
vislumbro
vuelo de
lirios estirando colinas,
llanto de
arroyos enloqueciendo brisas,
furia de
estrellas en un azul cielo,
El amor se
acerca,
trae aroma de
alelíes,
de azahares,
de
junquillos,
trae un
paisaje de un inmenso mar,
casi
riachuelo.
Lo siento
llegar,
mi corazón
vibra, tiembla,
y mil poesías
danzan en mi mente,
son para él,
el esperado,
el que en una
cita eterna
trae el beso
enamorado.
En el pecho
del viento
van diciendo
los lirios
que en el
horizonte del mar
dos auroras
se besan.
Más allá de
tus ojos,
mis
crepúsculos sueñan
bañarse en
tus luces.
Mi caminar en
silencio
se hace más
rápido,
va hacia ti
sobre un
inmenso azul de sueños y alas.
Sin tiempo ni distancia
Sin
tiempo ni distancia
estás a
mi lado,
transmitiéndote
todo
lo que
necesita mi alma,
que me
recuerdes,
que
pienses en mi existir.
Me das
tus sentires,
para
que mi melodía sea
una
melodía cuando te escucho
o leo
tus palabras ciertas,
porque
la vida no está hecha
para
romperse en jirones
sino
para vivirla sintiendo las pulsaciones
como
latidos dentro de sueños.
Sin
tiempo ni distancia
estamos
juntos en el vivir
constante
y permanente.
¡Vivamos
la sorpresa
de
pensar en encontrarnos
en
cualquier instante,
en un
minuto,
el
claro y feliz!.
Sin
tiempo ni distancia,
te
estoy dibujando con mis palabras,
tu
rostro, tus manos creativas,
tu
mirada dulce y tierna,
con tu
entrecejo fruncido
y tu
ceño cerrado.
Sin
tiempo ni distancia,
te entregas
a través de la vida
trasluciendo
la fuerza que te anima,
tú, el
ser creativo,
el ser
sensible,
el ser
que vive la vida
con
total intensidad.
Sin
tiempo ni distancia,
en un
mundo de lo ilimitado,
sin
fronteras,
nos
encontramos,
nos
rozamos,
nos
sentimos.
Las
propuestas de encuentro son de futuro,
¡de
promesas!,
¡de
ilusiones!,
¡de
fantasía!
pero
para nosotros,
verdaderas
y únicas.
En un
conjunto de reacciones que aparecen
y cuya
explicación no se sabe definir,
tú y yo
estamos juntos,
palpitando
entre suspiros suaves
de
aceptación mística.
¡Ay! te
quiero cerca,
con
ternuras que la creación nos da,
cobijos
en este lugar insólito del universo.
Después de mi amor
Después de mi amor,
oigo el soliloquio claro
que sin esperar el tiempo
se acercaba y nos unía
para que juntos tembláramos
en el impulso puro
que brotaba al estar juntos,
conquistando espacios
en motivos de vida.
Después de mi amor,
aún tengo sed de amarte
y la voz de mi pensamiento
va hacia ti
y no veo ni siento
que se durmió el viento,
se encapotó el cielo,
se inmovilizó el mar
y se apagaron murmullos
y colores porque todo mi ser
está contigo
aunque sea sólo
un hechizo de amor.
Después de tu amor,
no me hables de orillas ni de
lados,
ni de proximidad para tenerme,
que aunque contiguos son
distanciamientos.
Después de mi amor,
quiero el sosiego
que da el levísimo suspiro
que te está esperando,
el momento breve
donde encuentra el rincón del
amor,
donde están susurrando palabras,
versos, estrofas que aguardan
el momento de llegar y caer
con un suspiro en las hojas
que las aguardan con ansia total.
Después de mi amor,
nuestra realidad es como un sueño,
indiscernible, cierta a la vez,
como el pájaro, el mar,
los árboles, las flores,
son un son,
un puro sentir casi invisible.
Y en la arena que llamamos tiempo
tu huella y la mía se unieron,
se marcaron en una sola.
Pero en la noche se empezarán a encender
las preguntas distantes, inquietas,
inmensas como astros,
siempre las mismas repetitivas
¿me amas? ¿me recuerdas?
queriendo saber recuerdos leves
y exactos uno del otro…
Y después de tu amor,
llegará el beso de la noche
que se posará,
curvo y recurrente
para que la hoguera de la pasión
se encienda, otra vez,
con lentitud y ternura
y luego el adiós,
sin nada más que liberar las manos...