Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 27 de septiembre de 2016
Mañana del ayer
Mañana
del ayer,
vivida con
intensidad total
como si fuera
un Hoy
último y
deseado.
Sobrevuelo
como una dinastía de soles,
amo y soy
amada,
estoy
envuelta en hilos
de unión
perdurable y recíproca.
Mañana del
ayer,
ya vivida
desnuda,
he soñado una
noche solar
con viento y
lluvia,
me borraron
como a un fuego,
como a un
poema
escrito en un
muro.
Mañana del
ayer,
más allá del
olvido,
alguna vez de
un costado de la luna
verás cómo
caen los besos
que brillan
en mí.
Las sombras
sonreirán altivas
luciendo el
silencio que gime vagabundo,
vendrán las
hojas impávidas
que algún día
fueron
lo que a mis
ojos vendrán
las mustias
fragancias
que innatas
descendieron del alado son.
Mañana del
ayer,
esperada,
ansiada,
deseosa de
vivir las rojas alegrías
que burbujean
intensas en el sol,
que redondean
las armonías
equidistantes
en el humo
danzante del
amor nuestro.
No me
abandones, mi amor,
en esta
verdadera mañana del ayer.
No quiero que
falte poesía,
en el Hoy del
hoy,
entre
ensueños rezagados.
Pido el
silencio entre nosotros dos,
que nos
amemos juntos,
como si
fuéramos uno,
solo tú y yo.
Mañana del
ayer,
sed
silencio
encuentro
amor.
Vida, mi
vida, déjate caer
déjate doler,
mi vida,
déjate
enlazar de fuego,
de silencio
ingenuo,
de piedras
verdes en la noche clara,
déjate caer,
ahora,
ya, mi vida.
Mañana del
ayer, cuando me miras
mis ojos son
llaves,
el muro tiene
secretos,
el temor de
no tenerte solo tiene poemas,
solo tú haces
de mi memoria
una viajera
fascinante,
un fuego
incesante.
Quebranto tu voz
Quebranto tu voz,
la que se quebró en mil pedazos
de cristales angulosos,
ante el muro que,
infranqueable,
puse entre tú y yo
por la pena insondable que dejaste en mí
al irte sin siquiera un adiós.
No muy lejos… de frente…
viene un cuerpo sin vida,
es el mío,
desvitalizada el alma
que de pena lo contiene.
Quebranto tu voz,
para siempre no quiero
más rocío cristalino,
la ventana de mi alma exhala,
bajando en rapel por mi mejilla
que tú dejaste de acariciar.
Me heriste al desaparecer
y yo sola,
ante un alma vacía
que sufre y pena,
sin pudor se muestra.
Noche tormentosa,
madrugada solitaria,
recuerdo triste,
¿cuál fue el motivo de este alejamiento?
Quebranto tu voz,
no quiero ni de lejos que me llegue su eco.
Te vi
te amé
callé
sufrí
¡desesperación inmemorial!
lloré
sentí
morí
recé
pero por fin con fe
el dolor se fue.
Tú eres como el viento huracanado
quebrando las ramas de los árboles
buscando debilitar mi fuerza,
mi alma pura y noble.
Vivo ahora un sin rumbo ni distancia,
en un esperar callado y dolorido,
en una ansiedad de amor sin ilusión
al contemplar lo triste de tu olvido.
Este terrible dolor
que me atormenta,
esta angustia de saber
que no me quieres,
las horas de mi vivir
pasan muy lentas
sangrando mi corazón doliente.
¡Este tedio,
esta ruina de vivir sin esperar ya que tú regreses,
este miedo de tener que morir
esperando en vano que me beses!
Convertí sufrimiento en pena
y dolor en poesía,
olvido que espero para cantar poesía,
pido a Dios, Señor,
dé amor de nuevo
brótame a veces pidiendo que regreses.
Aquel amor
sin dolor
sin heridas
sin olvido
¡un amor tan sólo yo quería
y convertí mi ruego en poesía!
Puerto oscuro
Puerto oscuro,
puerto desde
donde parten los pescadores
y uno es mi
amor,
único y
seguro.
Les rindo mi
homenaje,
con toda mi
energía,
por su ardua tarea
que los colma
de paciencia y fe.
Luchan contra
las tormentas,
la furia del
mar,
sin miedos ni
temores,
porque saben
que el mar,
a pesar de su
instantánea bravura,
los traerá
con todo lo que necesitan
para vivir
ellos y sus pares.
Loor a
ustedes pescadores de alma,
no pueden
vivir lejos del mar,
éste los
llama,
los busca,
los espera.
Viven en un
Paraíso de Amor,
el mar les
regala todo lo que necesitan.
Les deseo que
la vida en el diario existir,
en el camino
del mar,
los conduzca
con felicidad
a los
regresos esperados,
a nosotras,
sus mujeres,
que entre
ansias, temblores,
rueda por nuestros
rostros la enternecida claridad
que sueña con
sus abrazos
al llegar a
Puerto Oscuro,
hogar donde
el Amor trémulo
hace nacer
caléndulas en la tierra
y los niños
dormidos
sonríen por
caricias
en cada nido
azul de éste,
su lugar
encontrado.
Puerto Oscuro,
¡Hay tanto
mar nadando en las estrellas,
tendiéndose
al viento de la entrega,
del habernos
unido otra vez!
Nuestras
almas,
como ávidas
gaviotas,
nos harán
respirar aire puro y diáfano
antes de que
otra vez partan
dejándonos
tristes y apesadumbradas.
Puerto Oscuro
y seguro,
en cada alba
desharemos
juntos este poema,
exaltado
de la espera,
y detendremos
de emoción al mundo,
al regalo
nupcial de auroras nuestras.
Puerto
Oscuro,
donde
nuestros pescadores y sus amores
encuentran
olas de abandono,
derribadas,
tendidas sobre
un inmenso azul
de sueños y
de alas.
El mar se los
lleva lejos,
no se dejen
alejar,
que el tiempo
y el mar azota fuerte.
Héroes de
cada día,
los esperamos
siempre
entre vuelos
de garzas y gaviotines.
Nuestras miradas
no se apartan del mar,
esperando ver
enfilar
la proa de
los barcos
bajando el
cálculo de las estrellas
entre las
ondas del mar.
La luz del
faro de la esperanza
ilumina el
camino de regreso
¡Los honro,
pescadores del mundo!