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Sortilegio


Sortilegio,
Magia de amar
a alguien lejano y distante.

El mundo clava sus golpes,
los repite.
Lejos de mí
vuelvo a recogerme.

Comprendo,
en una mano las cosas
y en la otra su sombra.

Sortilegio.
Los que me hirieron
también están desnudos,
nada me arrebataron,
amé un sortilegio,
conservé su belleza,
quedó un retrato de sus ojos.

Encantamiento,
conjuro de Amor,
mis pasos de alondra
pisaron un otoño húmedo
y te sentí
alejarte volando,
entre la fronda indiferente
y deshojada
de viejos pergaminos.

Como en un embrujo sutil
y misterioso
quise seguir tu cielo solitario,
quise amarrar mis ojos a tus alas,
quise rehacer todo mi cuerpo
con tus plumas blanquecinas.

Sortilegio,
embrujo de un Amor
que se lo iba, despacio,
llevando el viento
a distancias luminosas
entre colores de crepúsculos
rojos,
amarillos,
naranjas,
de un sol que se adormece en el mar
iluminado por sus rayos.

Sortilegio,
como mágica sombra
de mariposa nocturna
voy en tu búsqueda
hacia una unión madura
con sabor a mieles de amor.

Adivinación,
de volver a encontrarte
y allá voy con mis delirios
a saborear la paz serena
de tu amor.

Sortilegio,
tú… amante mío,
en un encantamiento inesperado
no estás en mí,
sólo siento una lluvia
 de suavidades indefensas
que me llevan con mi sed de verte
al silencio de una inútil búsqueda
de tus miradas grises.

Sortilegio,
deseo que una mágica noche
enciendas la leñas de tus brazos
para recibirme entre tus encendidas manos.

te busco desde el abismo a la cumbre
ardida en ardiente lumbre.

Desde la cresta a la breña
ensueño que se desempeña,
desde el confín a la arena,
desvelo que se serena,
en un eterno recomenzar,
en un encantamiento sin fin.

La esencia de tu ser


La esencia de tu ser bien oculta
 en el rojo silencio de tus ríos interiores
duerme tu espíritu en una fugaz luz,
estalla en la mañana
como amor retenida en pimpollo.

Mi alma, cercada de tinieblas,
al infinito se alarga
 cuando tú como bálsamo tenue
me haces perder el miedo
en tus brazos que me estrechan
 poderosos y frágiles
con la fuerza de tu amor,
plena magia
que suena como dulce melodía.

La esencia de tu ser me inunda
cual hiedra de amor,
con tu sangre vibrante
que forma raíces profundas y enlazadas
en mi mundo interior.

Naciste como perfil modelado
en blanda cera en los duros biseles del silencio,
estás inmóvil como águila en espera,
con el calor de tus hombros
enlazo la cima de los cielos con la tierra.

No se cuando empezamos a conocernos,
cada mañana nos empezamos a encontrar,
cada nuevo beso es para mí,
mi primer beso,
mi verso debía decirte
lo que para mí has sido,
tú tenías la palabra exacta
con ternuras compartidas.

La esencia de tu ser,
 mi corazón palpita deseoso
de poder llegar a tenerte en mis brazos,
sentir tu sutil aroma,
con el solo anhelo
de llegar a reflejar tus ojos en lo míos
 haciendo que mi alma se sumerja
en un éxtasis infinito.

Así esta pequeña ideología tuya
provoca en mí los sentimientos más profundos
ideando tu figura
mientras nuestros corazones
siguen bebiendo de la misma fuente
como en la hora tiernísima del juego
y de la leyenda,
regalándome primaveras inagotables de tu alma.

La esencia de tu ser,
esa materia que se presenta
como un himno favorito
entre notas que suben en números acordes
de tu pecho a mi oído
y despiertan una viola celeste
 llevándome al cielo como las alas de un ángel,
armonizando su son con tus cantares y tus risas.

Siempre amparándome en tu ser
 y se asoman a mi pecho tus sentidos,
temblando mi cuerpo
al sentirte cerca de mí.
La esencia de tu ser,
 principio de un amor sin tregua,
así voy por veredas de la tarde perdida
para siempre en tu embeleso.

Mi rostro feliz,
mis brazos libres,
recorriendo mis sentidos sin orillas,
vuelvo a tu boca olorosa,
quedándome en el deseo creciente de las aguas,
 jugando con tus sueños y mis anhelos.

La esencia de tu ser,
es mi paz intacta
del manantial de mi dicha.

Amor perdido


Amor perdido,
¡qué dolor!,
¿sabes?
¡Perder al amor!
Es como arrancarte el corazón
en mil pedazos y toda la luz del alma.

El amor se lleva en lo hondo de la sangre,
el sol que te compaña y te reviste,
brazo en que te apoyas por el camino incierto del vivir,
escudo que te resguarda el pecho de muertes o borrascas.

Amor perdido,
¡quiero llorar entre escombros!,
nos separamos tú y yo en la cuesta para siempre.

¡Algo de mi luz en el polvo se ha perdido!
El miedo a no poder encontrarlo
ahuyenta de los ojos las palomas del sueño
entre clamores de lloros y penas,
apurando en la breve llama la inmensidad del tiempo.

Amor perdido,
ha de haber un portal sin cerrojos
por donde podré entrar
y como atisbando de a poco
te buscaré entre la raíz de los quebrantos.

Otearé para estar otra vez contigo
desde las colinas cercanas y veré
el fulgor que tú irradias desde la lejanía
y así secarás las fuentes de mi llanto.

Amor perdido,
en la flor te recuerdo y amorosa te exalto,
guardando en mis entrañas
los bálsamos de tu amor
y mi secreta lumbre que ilumina
de a poco mi pecho cansado
se refugia en el orillar del mar
bajo las blancuras del astro.

Amor perdido,
¡que hundimiento del mundo!
Un gran horror a columnas quebradas,
tiempos sin imágenes,
cielos intemporales,
entre estíos e inviernos.

Amor perdido se extinguieron las alegrías,
las risas, las danzas,
pero perduran las frases de amor,
aquellas que te escribí con todo mi corazón.

Ahora,
sin tenerte, todo va hacia atrás,
la vida se va quitando frenéticamente horas,
minutos, segundos de encima,
destejiendo,
galopando su curso del lento existir,
queriendo borrar recuerdos,
historias para hacer otra vez
el anhelo de volver a empezar otra vez.
El futuro se llama ayer.

Ayer oculto,
secreto,
escondido entre verdes follajes,
de esperanzas,
hay que empezar otra vez,
reconquistar la vida con toda el alma
y todo el corazón detrás de aquellos otros ayeres conocidos.

¡Vamos hacia el mañana entre estrépitos besos,
inventando las ruinas del mundo,
de la mano tú y yo
por entre campos florecidos
de amapolas ondulantes!
Y ya no más amor perdido,
amor encontrado entre tactos,
abrazos,
piel,
entregándonos al palpitar de sentirnos juntos,
sin caos ni penas,
sólo luz y belleza del vivir.

Amor perdido,
encontrado entre la luz del alba y las estrellas escondido,
tendiéndonos las manos para coger las nubes,
las flores,
las alas,
los mil sonidos del aire
para existir flotantes en el puro vivir,
salvados por milagro de no estar más juntos
y así estrenar el beso,
el amor,
sin sufrimientos ni quebrantos.