Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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jueves, 6 de octubre de 2016
Noche larga
¿Por
qué la oscura noche es tan larga?
¿Cuál
es el misterio
de que
nos inunde
la
tristeza y la soledad?
En la
noche larga
la
sombra de los cipreses
es como
un grito en la niebla.
Se
alzan al cielo
sin
saber la razón
coro de
voces descalzas
que se
posan
sobre
las copas oscuras de los árboles.
Yo
sueño contigo, amor,
con que
tus manos
se van
perdiendo a lo lejos
como
dos trémulas alas
tras la
negrura del cielo.
Noche
larga,
sin ti
mi vida es soledad de soledades,
mi
corazón está solo
como un
rosal sin colores.
Si
viera tus ojos
en esta
espera apesadumbrada
volcaría la alegría
con
canciones de primavera
y se
trocarían en lumbres
mis
soledades en sombras.
¡Cómo
sueño las horas azules
que me
esperan
tendida
a tu lado,
sin más
luz que la luz de tus ojos,
sin más lecho que aquel de tu brazo!
Noche
larga contigo a mi lado
sintiendo
a mi amor florecer
en la mística voz de tu canto:
notas
tristes, alegres y hondas
que
unirán mi emoción a tu rapto.
¡Oh!
Noche larga, regada de estrellas
que
enviará desde todos sus astros
la más
pura armonía de reflejos
como
ofrenda nupcial a mi tálamo.
Noche
larga
que con
un velo de recuerdo
se
enlaza, apretado
y nos
mira en estrellas dormidas
desde
el cielo en nosotros rondando.
Se ha
callado la idea turbadora
y me
siento en el sí de tu abrazo,
ya la
noche no es tan larga
porque
convertida en un solo murmullo
se
interna en mi alma cantando.
Es la
noche una cinta de estrellas
que una
a una a mi lecho han rodado
y es mi vida algo así
como un
soplo ensartado
de
impulsos plenos y pasionales.
En esta
noche larga, mi amor,
se han
unido nuestras risas
más blancas que el blanco
y ¡oh
milagro!
en la
luz de una lágrima
se han
besado tu llanto y mi llanto…
Se ha
quedado tu vida en mi vida
como el
alba se queda en los campos
y hay mil pájaros vivos
en mi
alma en esta noche larga de amor
entre
cantos sin tristezas ni pesares.
Ya la
noche no es tan larga
tendida
a tu lado,
entre
tus caricias
y el
gesto de tu abrazo,
en tus palabras
cuelgan rumores
parecidos
al lenguaje
que
llevas en tu boca de agua,
desde
el más quieto charco
al más
agreste risco.
Esta
noche se ha ido casi aurora,
casi
ronda de luna entre montañas,
noche
rasgada al tiempo repetido
entre
esencias altas y claras,
circundando de emoción
mi
espíritu todo.
Raíces profundas
Raíces profundas,
sin temblores ni misterios,
peregrinas en el tiempo de la
vida,
en una verdad definitiva.
Raíces profundas,
fecundas que traspasan los
límites
últimos de nuestro ayer,
el de ayeres.
La vida que con tibios presagios
sin rumbos,
nos lleva sin amores verdaderos
a enraizarnos en un correr
para nada a un cansancio agotante
y asfixiante.
Desde las raíces profundas de mi
corazón,
siento traspasar como dagas
afiladas
el dolor de no tenerte ya más a
mi lado,
te extraño y me hieres sin querer
lastimarme.
Es tanta la fuerza que aprieta
y ahoga el alma toda pero al
final
el valor arrecia y se alargan
raíces nuevas
para crear la felicidad en ti y
en mí.
Amor con matices,
raíces profundas,
crece, camina,
corre y nunca se olvida.
Cautiverio de emociones
verdaderas,
soñadoras,
amor fortalecido,
recordarte sólo me queda
ya que te has ido para siempre.
Raíces profundas
que como puñales diamantinos se
clavan,
se hunden en nuestro interior,
en el cuerpo, en los ojos,
en el más allá,
todo por un amor ingrato y falso.
Las resistimos obstinadamente
en la prolongación de la
felicidad oscura,
procuramos encontrar suaves y
cálidas raíces
profundas que nos tornen a una
vida
luminosa y creativa.
Raíces profundas
que por milagro me hacen asombrar,
incrédula de que aquello
tan cruento estaba en mi vida y
que por fin,
como por sorpresa me soltó y de
prisa,
desesperadamente fui a encontrar
abrazos cálidos,
besos jubilosos,
promesas puras y verdaderas que
como raíces,
níveas,
profundas y hondas me llevan al
amor prístino
al que presagio era en el existir
de antes.
Vives para mí
Vives para mí,
esas palabras tuyas
traspasaron los límites de mi
alma
y muy a lo hondo llegaron
como un preludio del alba
entre copos de rocío.
Vives para mí,
escribiste en una de tus cartas
de amor,
hace mucho tiempo,
que te doy paz,
tranquilidad,
amor y sanación total
de cuerpo y alma.
Mi amor por ti se filtra de mi
cuerpo,
de mis sentidos
y hace feliz a todo aquel que
está en mi esfera,
a mi alrededor.
Vives para mí
como yo para ti
y me haces dar en el ir,
en un ser desprendido,
ligero y sin raíces sintiéndome
ansiosa
por percibir la plenitud que nos
rodea.
¿Cómo me vas a explicar
la dicha que no sabemos por qué
es?,
ni de quien ha sido,
si es pura dicha de nada,
si aún no nos hemos conocido.
Imagino tu mano sobre mi mano,
paseando miradas y caminando
amores,
imagino mis sueños siempre en tus
sueños,
rindiéndome ante tus pasiones,
sucumbiendo sin resistirme.
¡Vivir para mí!
porque tus besos son ya míos
con sabor a placeres
e imaginando que muero por
amarte,
porque ya te amo.
Vivir para mí,
palabras aladas que llevan mi
alma
a lugares secretos,
remotos,
nutriendo mi ser que recibe,
se entrega, s
e va encontrando contigo,
tú,
mi amado.
Vivir para mí,
tú lo dices y me das alivio
necesario para soñar,
aliento profundo para continuar
y permites que nuestra flor de la
esperanza,
crezca y se alce impoluta hacia
el infinito.
Vivir para mí,
palabras que le dan deleite a mi
corazón
como una voz pura,
íntima,
con caricias,
que como largos goces iniciados
me dejan caricias no terminadas.
Vivir para mi,
sé que esta noche pensarás
en nosotros y tu ser,
tu memoria,
todo,
te descansa y disuelve en mí.
¡Toda la vida es única
si se que tú vives para mí!
Desde un ala de mariposa
hasta un grano de arena,
mi alegría de que existes
te llegará al vasto tiempo,
entero,
que se escapa hacia el amor
nuestro.