Quisiera que estés
presente
con el color de tus
ojos o tu voz o tu risa.
¿Lo sobrenatural
nació quizás contigo?
Hoy estoy pensando en
ti…
como lo hice ayer y
lo haré mañana.
Mi mente repite tu
nombre, mis labios lo gritan,
mi cuerpo extraña el
calor de tu cuerpo.
Te extraño, extraño
el sabor de tus labios…
extraño la caricia de tus manos.
Quisiera que estés
presente, aquí a mi lado…
Quisiera poder besar
tus labios y tomar tu mano.
Pero no puedo, no
estás presente
y te busco en una
búsqueda incierta, inasequible, eterna,
jugando con nosotros
a será o no será.
Sé que te encontraré,
estaré siempre al acecho
en las altas
madrugadas por si cruzases
por mis soledades
entre alas invisibles
que se cruzan y
envuelven mi cuerpo esperándote.
Quisiera tenerte a mi
lado en el frescor de mi cuerpo
enternecido donde la
hierba
se siente ya iniciada
entre musgo verde y recién brotado,
entre la sombra de
los sauces inclinados.
Quisiera que estés
presente
y te entregaría un
poema de amor
como puñado de agua
límpida,
entre un espejo
agradecido
donde acontece
tamizada la tarde.
Estaré contigo
agradecida
de tenerte entre mis
brazos
pero es ardua la
empresa, la curva se endereza
y pienso que sin
acertar el rumbo ni la escala
estaría mi cuerpo
contra el tuyo
en la alta luz que con ímpetu
resbalaríamos en
nuestro nido de amor.
¿Cómo apresar la
sosegada llama que te entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu
mirar proclama
cuando se incendia
pródigo de rojos?
Quisiera que estés
presente desvivida por besarte
y mi piel en este
estío enamorado
tiembla como
adolescente enamorada
y hasta mi corazón
multiplicado, arde entre las ramas del cerezo.
Holló mi memoria en
una espera cotidiana,
corriendo por mis
venas mi amor para ti consagrado,
ajena a la honda
espera que el tiempo riguroso sazona.
De repente, llegaste,
como llegan las nuevas
que sacuden las
entrañas,
tiembla el aire, temblamos los dos tan sólo
con mirarnos,
empañadas nuestras
voces, quebradas nuestras alas
sólo sonrisas y
cantos, besos sin fin hundiendo
nuestras cabezas
confundidas entre nuestros regazos.
Quisiera que estés
conmigo siempre ya
que hambrienta de tu
amor estoy
y mi cuerpo puro y
casto te reclama
fatigando mi corazón
y mi respiro.
¡Quiero vivir los
besos
con sensación de
retorno siempre!
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