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jueves, 2 de marzo de 2017

Soledad de a dos


Soledad de a dos,
aislamiento de dos almas
que estuvieron unidas en el ayer lejano,
ahora en un desamparo triste y melancólico,
lloran llantos de tempestades.

En noches solitarias,
en el pasado, unidos
formaban un solo ser,
de a dos, unidos por lazos
que parecían indisolubles
pero el tiempo los fue diluyendo en la nada,
quedando los espíritus en un total desamparo
 y de sombras se anegaron,
de tristezas y penas.

Soledad de a dos,
el tedio pesa y el silencio flota,
despertándose dolores y hondas congojas
que parecen eternas como la flor
desprovista de perfumes,
ya que es la que más prolonga su existencia.

Soledad de a dos,
sólo subsiste proyectos,
proyectos arrumbados
y corazones envejecidos y mustios.
Lenguaje de congojas
que en las heridas de los pechos mora,
escondido en lugares secretísimos
que descienden a lo hondo de las almas.

Y entre las sombras
 voces se escuchan,
leves, tenues, que dicen:
¿seguir?, ¡si no se llega!
Ya que seguir es luchar,
¡qué inútil lucha!
Ya nunca más existirán los besos,
aquellos dulces y tiernos en las frentes,
 en las manos, en los cuerpos,
aún sin ser tocados,
se dormirá profundamente
ese mago azul de la mentira.

Soledad de a dos,
¿qué persiste de todos los lirismos cultivados
en esta hoy claridad abrumadora,
sólo frialdad de sentimientos,
aislamiento extraño
entre dos seres que siguen juntos,
entrelazados
en la red de inercia del vencido
y acabado amor.

Soledad de a dos,
 el ensueño y la melancolía,
encienden los sueños
donde la lucha diaria y ardua
agrandan la existencia
 para sobrevivir juntos
en un temblor de anhelos no cumplidos
y esperanzas truncas.

Entre ambos
se alza la copa de la amargura,
una antorcha incierta
de una luna yerta, errabunda y muerta,
sólo existe una luz exangüe
que devana
 como en un telar de encuentros
y desencuentros la tristeza humana.

Soledad de a dos,
que en una perenne inquietud
 encierra el deseo total de ser soledad
de a uno
 para llegar al interior consigo mismo
donde mora la felicidad del alma.

Soledad de a dos,
luz agonizante, que busca
sin poder encontrar
el sentido del existir en esta vida del ahora,
llegando a contemplar como en un espejo sin luz
 la tragedia de ser tan sólo uno
sin estar frente al otro.

Y es de esperar
 en vano empeño
en un intangible ensueño
viviendo sólo en la bruma
que en una falsa ilusión
se crea para continuar
en un mañana sin futuro.

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