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lunes, 13 de marzo de 2017

Soñando luces


Soñando luces
que nos encandilan
en esta noche oscura y nuestra,
somos una luz
 que se encuentra con otra luz
y queda iluminado el mundo
sin que nada se toque.

No sabemos ni el dónde
ni el por qué.
La ternura de todos los surcos
se han quedado enredados
en nuestros pasos
y los dulces instantes vividos
 siguen tenues
en nuestras almas vibrando.

Soñando luces,
 la emoción que brotó de nuestras vidas
que fue manantial desbordado
 ha tomado la ruta del alba
y ahora vuela por todos los prados.

Ya la noche se fue
pero quedan las luces
que con destellos dorados
 iluminan nuestra mirada,
 queda el velo
que al recuerdo se enlaza, apretado
 y nos mira en estrellas semidormidas
desde el cielo en nosotros rondando…

Soñando luces,
que parpadean al son de nuestros besos,
aquí en nuestras manos,
allí, dentro de nuestras almas,
perviviendo el prodigioso saber
 que nos hallamos juntos, muy juntos,
sin sufrir memorias de dolores pasados.

Nada de este milagro es recuerdo
 porque el recuerdo es la pena de sí misma,
 la tristeza del tamaño del tiempo
pero en nosotros,
 todo es eternidad, relámpago.

Soñando luces,
sólo vale vivir de cara hacia ese dónde,
queriéndolo, buscándolo.
Soñando luces,
como centellas de plata
la noche surcan
y al surgir el alba
 las nuevas emociones se atan 
como manojos de flores recién nacidas.

Todo sabe a canciones y a fruto
como un cáliz de eterna dulzura.
Se ha quedado tu vida en mi vida
como el alba se queda en los campos.

Soñando luces,
 anudamos emociones,
 sorprendemos sonrisas
entre nuestras manos caídas
desde el pájaro más vivo
que se asoma
a mirar nuestro viaje alado.

Por encima del mundanal ruido,
una larga ilusión se fue rondando
e inclinó la sombra de nuestras mentes
 en el rayo de luz de nuestros regazos.

Soñando luces,
todo el Cosmos se abre a nuestro paso,
iluminando nuestras huellas
que transitan
por el sendero brillante del amanecer.

Nuestra vida estalla en caricias,
en canciones inesperadas
y nuestras almas no pueden
alcanzar el silencio del poema sin palabras
 y saltan por nuestros labios
 hechas polvo de vibraciones íntimas.

Soñando luces,
despejando senderos oscuros
con diáfanas y puras emociones
 entre canciones felices
y el dolor nunca se dará cita
con las pintura transparente del cielo.

¡Soñando luces,
en todo nuestro existir,
arpegio divino
que nos une
en espejismos de grandeza!

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