Nuestra
historia,
sólo
nuestra,
la
vivimos con total intensidad
por
cielos abiertos,
verdes
follaje,
flores
de jacarandá
en
campos de amor.
El
cáliz de ambrosía
que
alzamos juntos
nos
condujo al umbral
total
de la felicidad.
Nuestra
historia,
con
altibajos,
de
lejanías y cercanías,
de
discordias y armonías
nos
conducen a esta nueva existencia.
Nuestra
historia
que
como un río
que
corre rumoroso,
resbaladizo,
zigzagueante,
nos
lleva uno junto al otro,
viviendo
momentos
de
intensas emociones.
Los
dos,
unidos
como alondras,
nos
arrullamos en las noches
de
estío bajo cielo estrellado.
Nuestra
historia
en la
que somos protagonistas
de amor
de amores
entre
velos espumosos
de
azahares blancos
y
cerezos en flor.
Cuando
estamos juntos
siento
alas en mis ojos
y nubes
de música en mis manos.
Siento
en mis pies enloquecidas olas
y
jilgueros de viento en mi garganta.
Nuestra
historia nos hace acercar
uno al
otro y todo en nosotros quiere volar,
quiere
ir a un arroyo rumoroso,
quiere
enredarse
en un
balcón de arroyos grises
y
perfumes amarillos.
Nuestra
historia nos hace vibrar
y
acercarnos siempre aún desde lejos,
entre
alondras y palomas,
nos
atraemos desde la distancia
que es
verde y planicie pura
y nos
llevan a abrazarnos
entre
hojas frescas
y aguas
de espejos caminantes.
¡A fin
estamos juntos!
Y me
ahogan tus ramas de piel caliente.
Me
sacude el elixir de tus caricias
cual
sibilino pájaro de fuego.
Nuestra
historia aturde
todo
nuestros sentidos
y
queremos sentir
ese
cerco que nos rodea
y hace
confundir nuestros cuerpos,
nuestro
aliento,
nuestra
piel,
nuestros
ojos de humo
y de
mundo sin final.
Apaguemos
el viento que delira
y
nuestros temores indefensos
y
llegaremos juntos,
muy
juntos a la perfección del amor.
Ésta es
nuestra historia,
solos tú
y yo,
nuestro
cuerpo perfecto,
nuestra
historia de dos,
nunca
impredecible pero sí eterna.
Nuestro
amor es historia compartida
como
una huella que no se olvida,
una
lágrima en la almohada,
un
suspiro que no acaba.
Cuando
nos abrazamos,
tu piel
de nave humedecida,
me
sacude,
me
desdobla y me eleva.
Somos
dos,
nacerán
de ahí y de mí
nuestros
abrazos como nacen en tu boca
las
flores encarnadas
que
dejas en la mía.
Volaremos
juntos,
nos
tragará el viento
y
distancia luminosa
nos
hará soñar en que hoy…
tal vez
mañana…
quizás
un día los dos
estaremos
en nuestro nido de amor.
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