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miércoles, 5 de abril de 2017

Quisiera que estés presente


Quisiera que estés presente
con el color de tus ojos
o tu voz o tu risa.
¿Lo sobrenatural nació quizás contigo?
Hoy estoy pensando en ti…
como lo hice ayer y lo haré mañana.
Mi mente repite tu nombre,
mis labios lo gritan,
mi cuerpo extraña el calor de tu cuerpo.

Te extraño,
extraño el sabor de tus labios…
Extraño la caricia de tus manos.
Quisiera que estés presente,
aquí a mi lado…
Quisiera poder besar tus labios
y tomar tu mano.

Pero no puedo,
no estás presente
y te busco en una búsqueda incierta,
inasequible, eterna,
jugando con nosotros a será o no será.
Sé que te encontraré,
estaré siempre al acecho
en las altas madrugadas
por si cruzases por mis soledades
entre alas invisibles que se cruzan
y envuelven mi cuerpo esperándote.

Quisiera tenerte a mi lado
en el frescor de mi cuerpo enternecido
donde la hierba se siente ya iniciada
entre musgo verde y recién brotado,
entre la sombra de los sauces inclinados.

Quisiera que estés presente
y te entregaría un poema de amor
como puñado de agua límpida,
entre un espejo agradecido
donde acontece tamizada la tarde.

Estaré contigo agradecida
de tenerte entre mis brazos
pero es ardua la empresa,
la curva se endereza
y pienso que sin acertar el rumbo ni la escala estaría
mi cuerpo contra el tuyo
en la alta luz que con ímpetu resbalaríamos
en nuestro nido de amor.

¿Cómo apresar la sosegada llama
que te entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu mirar proclama
cuando se incendia pródigo de rojos?

Quisiera que estés presente
desvivida por besarte
y mi piel en este estío enamorado
tiembla como adolescente enamorada
y hasta mi corazón multiplicado,
arde entre las ramas del cerezo.

Hollo mi memoria en una espera cotidiana,
corriendo por mis venas
mi amor para ti consagrado,
ajena a la honda espera
que el tiempo riguroso sazona.

De repente, llegaste,
como llegan las nuevas
que sacuden las entrañas,
tiembla el aire,
temblamos los dos tan sólo con mirarnos,
empañadas nuestras voces,
quebradas nuestras alas sólo sonrisas y cantos,
besos sin fin hundiendo nuestras cabezas
confundidas entre nuestros regazos.

Quisiera que estés conmigo
siempre ya que hambrienta de tu amor
estoy y mi cuerpo puro y casto
te reclama fatigando mi corazón
y mi respiro.
¡Quiero vivir los besos
con sensación de retorno siempre!

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