Tu vida sin valentía,
sin siquiera mirar de frente, sin palabras al
oído,
sin nada,
como si yo fuera nadie, te fuiste de mi vida.
Tristeza es que mi corazón te llame a gritos,
y tú no estás aquí para escuchar su soledad y
sus lamentos.
Desleal fuiste con todos mis poemas de amor
que te escribí.
Tu cuerpo se deslizo de mi lado,
como las olas en la arena
y como las olas, rompiste mi corazón anegado
de tristeza.
Tu vida sin valentía,
te restiraste y aceptaste sin valentía,
el juego de no ser…
hoy no quiero que leerás mis poesías,
es como si abrieras una herida en mi alma.
Tú eres ya memoria sin progresión posible,
un espacio vacío de estado silencioso,
que retrae todo signo e idea que regrese del
pasado.
Y tú eres divergencia al intentar tan sólo
nombrarte.
Eres línea de ceniza en mi vida,
escrita o reflejada en un espejo roto,
un viento se levanta para llevarte lejos
y negar tu existencia
y de ti queda la duda de una sombra borrada.
Tu vida sin valentía,
ahora sueño continuamente con nuestra pasión,
con nuestras noches intensas de amor,
con nuestras risas compartidas.
¡que inocencia total!
¡qué significado tiene hundirse en el pasado,
si ya se perdió en la nada del vacío!
dormíamos la vida entrelazados,
ajenos a la voces de todos los amates del
pasado,
pero nuestro vínculo se rompió
y te lanzo al vacío de otra vida.
Tu vida sin valentía,
aún así no acepte ver cerrado el destino,
y entre al fuego en donde estabas para
abrazarte y besarte,
con todo mi cuerpo, mas no te halle.
Debo dejar de preguntar si ha valido la pena,
dedicar toda una vida a amarte,
con frenesí y pasión.
el río es el reflejo del sueño de la vida,
silenciosas gaviotas cortan de blanco el aire,
pastos tiernos, enredaderas, florecen en las
riveras.
Bandada de golondrinas corta el agua azul del
cielo
y yo triste y desolada clamo por tenerte,
otra vez a mi lado.
el sueño del reflejo es el rio de la vida.
Tu vida sin valentía,
recuerdo tu mullida voz sediciente,
que ahogaba mis palabras por tus besos,
requeridos por mí, con gozos, ternuras y
deseos.
Te fuiste sin valentía,
sin una espiral de adioses de tu boca
y así sin saber razones se cerró nuestro libro
de amor.
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